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Pescanova se desploma un 60% al volver a cotizar en Bolsa tras el preconcurso

La subasta previa a la primera cotización anticipaba un desplome de la acción de la compañía La empresa se acogió a la protección judicial para renegociar la deuda con sus acreedores Sus acciones caen de 17,40 a 6,96 euros

Cristina Delgado
Sede central de Pescanova en Redondela (Pontevedra).
Sede central de Pescanova en Redondela (Pontevedra).EFE

Veredicto: miedo a la quiebra. Los inversores temen que el preconcurso de acreedores solicitado el viernes por Pescanova acabe por suponer una pérdida de su inversión y este lunes se lanzaron a vender sus participaciones. Los títulos de la empresa se desplomaron un 60% al volver a cotizar, y pasaron de 17,40 euros a 6,96 euros por acción. Y eso a pesar de que estuvieron suspendidos durante prácticamente toda la jornada, por la avalancha de peticiones de venta que se registraron antes de comenzar la cotización.

La acción de Pescanova, que solo ha cotizado un instante al final d ela sesión, se ha desplomado  de los 17,40 hasta los 6,96 euros

Pescanova solicitó el pasado jueves por la noche a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que suspendiera la cotización de sus títulos, después de comunicar que no iba a presentar sus cuentas de 2012 y que su viabilidad estaba en duda. Tenía una deuda de 1.522 millones al cierre de septiembre de 2012. Un día después, el viernes, anunció que había presentado el preconcurso de acreedores, mientras renegocia su deuda y vende activos en Chile.

El supervisor bursátil consideró que la firma gallega ya había puesto a disposición del público información suficiente para hacer un juicio sobre la cotización. Y ese juicio fue muy negativo. Las peticiones de venta fueron masivas y difícilmente encajables con las de compra. Por eso el valor no cotizó durante la jornada. La Bolsa fue ampliando el rango de fluctuación del 20% inicial, al 40% y luego al 60%. Finalmente, en la breve ventana de compraventa que se abrió justo al final del día, se efectuaron más de 81.000 operaciones. Las acciones se desplomaron un 60%, la máxima oscilación contemplada, hasta 6,96 euros por título. Se quedaron otros 1,6 millones de acciones a la venta a ese precio inferior a los siete euros. Este martes el valor volverá a estar en el punto de mira de los inversores, que valorarán si ese precio es ya aceptable para una empresa que hasta el viernes, aunque arrastraba una abultada deuda, no había encendido las alarmas de los inversores.

Quien sí decidió hace unos días deshacerse de algunos títulos fue uno de sus principales accionistas: Alfonso Paz-Andrade, exconsejero delegado de Pescanova y todavía consejero, comunicó el pasado 18 de febrero que había reducido su participación en la firma hasta el 3,56%. En concreto, anunció que el 6 de febrero de 2013 había vendido en el mercado 75.000 acciones a un precio unitario de 16,6 euros. Es decir, que se embolsó 1,24 millones de euros en total. Si esa venta la hubiera hecho este lunes (aunque dado el volumen que se pudo negociar en toda la jornada, hubiera sido complicada una venta de ese tamaño), habría obtenido 522.000 euros, un 58% menos.

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La compañía valía en Bolsa tras la jornada de 200 millones de euros. Antes de la compraventa de la jornada y su desplome, su capitalización bursátil era de 500 millones de euros. Con el batacazo de un 60% en su precio, las acciones volvieron a los niveles que tenían en enero de 2001. Las acciones de la firma llegaron a costar 28,5 euros en febrero de 2008.

El anuncio de que Pescanova, que tiene cerca de 10.500 empleados y negocios en más de 20 países, estaba ahogada por problemas financieros y que había solicitado la protección judicial ante sus deudas sorprendió el viernes al mercado. “Fue totalmente inesperado”, reconoció a Bloomberg ayer Joao Safara, analista del banco BPI. La empresa realizó el pasado ejercicio una ampliación de capital y una emisión de bonos a un interés superior al 8%, pero no estaba en las quinielas de la insolvencia. “Como otras empresas españolas, Pescanova tenía problemas de deuda, pero todavía era percibida como una empresa sólida. Debería haber sido capaz de evitar una situación así”, añadió el analista.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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