Brasil crece un 0,9% en 2012, la mitad de lo previsto por el Gobierno
Es el segundo peor registro anual para la economía del país sudamericano en 13 años Caen el ahorro y la inversión, mientras el PIB agrícola desciende un 5% en el cuarto trimestre
Los ambiciosos planes de crecimiento para Brasil anunciados por la presidenta Dilma Rousseff durante 2012 no han servido para dar nuevos bríos a la economía del país sudamericano. En noviembre, el Ejecutivo brasileño pronosticó que cerraría el año con un crecimiento del 2%, cifra pronto desmentida por la evolución económica. La cifra final, anunciada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), es de 4,4 billones de reales (1,7 billones de euros), un magro 0,9% más que a finales de 2011, y menos de la mitad de las previsiones del Gobierno. El dato es el segundo peor en 13 años, tras el descenso del 0,3% registrado en 2009.
El mal resultado del PIB agrícola, que cayó un 5,2% el cuarto trimestre, y el descenso del PIB de las industrias de transformación, que cerró el año en una cifra un 2,5% menor que la registrada a finales de 2011, han pesado sobre la cifra final. El dato confirma el frenazo de la economía: el crecimiento registrado en 2011, del 2,7%, ya era pobre en comparación con el incremento del 7,5% anotado en 2010.
Igualmente preocupante para la economía brasileña es el descenso de la inversión, que ha cerrado 2012 en un 18,1% del PIB (frente al 19,3% registrado el año anterior) y de la tasa de ahorro, que terminó el ejercicio en un 14,8%, frente al 17,2% apuntado en 2011. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, ha reconocido que el dato del PIB ha sido "más bajo de lo esperado" y "por debajo de nuestras expectativas", según ha informado Efe. El Ejecutivo brasileño ha justificado el mal resultado por la evolución negativa de la economía mundial: "Ha sido un año de crisis", en palabras de Mantega.
El ministro de Hacienda ha reconocido que el dato es “peor de lo esperado”
A pesar del frenazo, el Ejecutivo de Dilma Rousseff ve señales de que, conforme a sus previsiones, este año será mejor que 2012 para la economía del país sudamericano. Mantega ha afirmado que "los mercados internacionales ya están mejorando", lo que permitirá al país incrementar sus exportaciones, que ya han repuntado al calor de la gradual desvalorización del real y el descenso de los tipos de interés al 7,25%, los menores desde 1997.
La bajada de tipos obliga al Banco Central de Brasil a hacer malabares para incentivar el crecimiento manteniendo a raya la inflación, que terminó 2012 en un 5,84%, frente al 6,5% registrado el año anterior. El consumo creció en 2012 un 3,1%, al calor de un aumento de la masa salarial real en un 6,7% y el aumento del 14% en el crédito libre a particulares. Una explosión inflacionaria sería políticamente insostenible en un país ya acostumbrado a una moneda estable tras la hiperinflación de 1984-94. La oposición ya ha pedido al Gobierno "más acciones efectivas", en palabras de Carlos Sampaio, líder en el Congreso del PSDB, el mayor partido contrario a Rousseff. Para Sampaio, el modelo de crecimiento basado en "el estímulo al consumo de las familias" está "agotado".
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