La remolacha no se rinde
Azucarera invertirá 157 millones hasta 2017 para asegurar el futuro del cultivo
Más productividad y mejor producto son los objetivos de Azucarera para los próximos años. A pesar de los temores desatados a todos los niveles por la entrada en vigor de la reforma de la Organización Común de Mercados (OCM) y de los interrogantes sobre el futuro de las cuotas a partir de 2015, hoy prorrogadas hasta 2020, la compañía ha decidido mantener su apuesta por el sector con unas inversiones de 100 millones desde 2008, a los que se sumarán otros 157 millones en los próximos cinco años.
Associated British Foods, a través de su filial British Sugar, adquirió en 2008 Azucarera al grupo Ebro Puleva por 385 millones de euros. La empresa británica ya se hallaba presente en España desde 2005 con la cadena de tiendas Primark, del sector del textil, hoy con cerca de 40 establecimientos. Con esta compra, la firma británica señalaba dónde estaba su apuesta en el sector del azúcar en los países del sur de la Unión Europea.
No fue ese año el mejor para el sector azucarero europeo, con la comisión empeñada en rebajar las producciones de azúcar de 19 a solo 13 millones de toneladas mediante una política de penalizaciones al cultivo, bajadas de precios oficiales e incentivos al abandono. Ello se tradujo en la reducción de la superficie de cultivo de 2 a 1,5 millones de hectáreas. El número de cultivadores de remolacha disminuyó de 169.000 a solo 100.000, y las fábricas pasaron de 190 a poco más de 100.
El grupo aspira
En España, la cuota total bajó de 998.000 a solo 498.480 toneladas, frente a una demanda de 1,2 millones de toneladas, y las superficies de cultivo se fueron reduciendo. En cuatro años, de más de 100.000 se pasó a menos de 50.000 hectáreas, y el número de plantas industriales bajó a la mitad.
Fidalizar al agricultor
La remolacha fue uno de los cultivos más rentables hasta la reforma de 2006, con un precio oficial de 48 euros por tonelada. Hoy sigue manteniendo un buen nivel de rentabilidad, con un precio oficial de 26,3 euros por tonelada, 2 euros más por la pulpa y otros 9,30 en conceptos varios de ayudas, hasta unos ingresos en Azucarera de unos 40 euros.
Cultivar remolacha tiene de positivo que el agricultor conoce el precio a percibir. Lo negativo, que se trata de un cultivo con un alto coste, desde la siembra hasta la recolección, muy necesitado de mano de obra y, sobre todo, con el maíz como cultivo alternativo. Este requiere menos inversión y actualmente tiene unos buenos precios en el mercado.
Estas circunstancias han supuesto que las siembras de remolacha hayan caído de 100.000 a 45.000 hectáreas desde 2006 y que hoy se mantenga una línea de caída.
Frente a esta situación, el objetivo de Azucarera es fidelizar a los agricultores y apoyar el mantenimiento del cultivo. Esta campaña, ante la decisión de la Junta de Castilla y León de eliminar una ayuda de tres euros por tonelada a la que se había comprometido por escrito, Azucarera ofrece a los cultivadores una prima de dos euros si el rendimiento por hectárea es el 85% de la media de una fábrica y un euro más con el fin de reestructurar las entregas en campaña.
Además, por un acuerdo suscrito con varias entidades financieras, los agricultores pueden percibir de una sola vez un anticipo sin coste alguno del 90% de las ayudas acopladas de 9,30 euros por tonelada. El objetivo es que en los próximos años aumenten las superficies y llegar en 2020 a una producción real de 600.000 toneladas, frente a las 400.000 actuales.
La reforma no pasó de largo para Azucarera. La empresa pasó de disponer de una cuota de producción de 741.721 toneladas de azúcar a solamente 378.480. Eso obligó a la empresa a cerrar las plantas de Ciudad Real, Rinconada (Sevilla), Guadalcacín (Cádiz) y Peñafiel (Valladolid) para la molturación de remolacha y dedicar sus instalaciones a la fabricación de azúcar líquido, y transformar la planta de Benavente (Zamora) como centro de envasado.
Para asegurar la viabilidad del sector, un primer objetivo ha sido lograr una producción más competitiva con el desarrollo de diferentes planes integrales para la mejora de cultivo, el último de los cuales finaliza en 2014. Hace poco más de dos décadas, los rendimientos medios por hectárea de remolacha apenas si superaban las 50 toneladas. En la última campaña, los rendimientos por hectárea en la zona norte, Duero y Ebro han supuesto una media de 105 toneladas, con muchas explotaciones con cifras de hasta 150 toneladas, el más alto de todos los países comunitarios. Esa es la parte positiva del cultivo en España. La negativa, tener unos costes más elevados por la necesidad de utilizar el riego, con el uso de combustible o energía eléctrica caros.
Un segundo pilar en la estrategia del grupo es una mayor eficiencia en el sector industrial, para lo cual se han renovado las plantas con unas inversiones anuales de 20 millones de euros. Estas inversiones se han destinado no solo a lograr más seguridad en el trabajo, sino también a conseguir una mejora en la actividad industrial respetuosa con el medio ambiente.
Un tercer pilar considerado básico desde la industria para conseguir la continuidad de la actividades remolachero-azucarera es la diversificación, así como el desarrollo de la investigación y la innovación. De acuerdo con esos objetivos, Azucarera realizó una inversión de más de 65 millones para la construcción en Cádiz de una planta para el refino de azúcar bruto importado.
En la política de diversificación, a la actividad de refino de azúcar bruto se suman las inversiones en plantas de cogeneración para la obtención de energía eléctrica y un ahorro de emisiones de CO2. Los proyectos I+D ocupan un lugar prioritario en la política del grupo, con diferentes objetivos de eficiencia energética o eficiencia en proceso de producción, así como en el desarrollo de coproductos procedentes siempre de la remolacha.
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