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Catalunya Banc pretende cerrar su venta durante el primer trimestre de 2013

La entidad recibirá 9.080 millones de euros para recapitalizarse

Lluís Pellicer

Los gestores de Catalunya Banc no quieren esperar a ser vendidos en 2017 y, de hecho, los planes de reestructuración de Bruselas les ha cogido en plena actualización de su cuaderno de ventas. La entidad hoy participada en un 89,8% por el Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) traspasará sus activos tóxicos a la Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) y se recapitalizará con los 9.080 millones de euros procedentes del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para dejar que la entidad pueda ser vendida en el primer trimestre de 2013. En el primer semestre de este año, su balance aún tenía un volumen de activos problemáticos de 12.000 millones de euros, según fuentes del sector. El resto de condiciones impuestas por Bruselas, sostienen en la entidad, deberán ser negociadas o aplicadas por el comprador.

El saneamiento del banco, según la Comisión Europea, habrá costado al final del proceso cerca de 14.000 millones, lo cual incluye las dos inyecciones de fondos públicos estatales de 2.968 millones de euros a través de créditos y capital. A pesar de que una portavoz de Catalunya Banc asegura que la entidad en ningún caso prevé ese escenario, si la antigua caja no pudiera ser vendida en 2017 deberá ser liquidada “de forma ordenada”.

La Comisión considera que Catalunya Banc podría volver a la viabilidad antes de 2017 cumpliendo un conjunto de requisitos

La Comisión, no obstante, considera que Catalunya Banc podría volver a la viabilidad antes de 2017 cumpliendo un conjunto de requisitos. Ello pasaría porque, además de la inyección de capital, sus clientes asumieran pérdidas en productos como deuda subordinada o preferentes, que en el caso de la entidad alcanzan los 500 millones de euros. Sin embargo, una portavoz del banco precisa que, al margen de los acuerdos a los que ha llegado con la Generalitat para someter algunos casos al arbitraje, la devolución de parte o todo dinero de las preferentes será un asunto que deberá abordar el futuro comprador de Catalunya Banc.

Bruselas reclama el repliegue de la entidad en sus “regiones históricas”, es decir, en Cataluña. A raíz del boom inmobiliario, la antigua Catalunya Caixa se expandió por toda España. De esa estrategia el banco hoy tiene heredada una red de 1.163 oficinas y 7.082 empleados. La mayoría están en Cataluña, pero también hay sucursales en Madrid (109) y la Comunidad Valenciana (74).

Para financiar su reestructuración, Bruselas también le exige que se desprenda de algunos activos y que ceda los títulos de renta fija de su cartera de valores negociables y de su tesorería, así como todos sus fondos de capital riesgo. Al cierre del primer semestre del año, en la entidad constaban como activos disponibles para la venta su paquete accionarial del 1,5% en Gas Natural y sus participaciones en las aseguradoras CatalunyaCaixa Vida, del 50%, y CatalunyaCaixa Assegurances, del 49%. Los títulos de las dos sociedades de seguros sumaban a finales de 2011 un valor en libros de 284,4 millones de euros.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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