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El futuro del vino está fuera

El sector quiere promover la entrada de productores españoles en mercados exteriores

Sala de barricas en una bodega mallorquina
Sala de barricas en una bodega mallorquinaENRIQUE CALVO (REUTERS)

El vino en el mercado nacional sigue de capa caída, con una demanda a la baja que los más optimistas cifran en unos 22 litros por persona frente a los 70 litros de los años setenta. Sin embargo, lo que no se consume en casa se vende en los mercados exteriores.

Según las perspectivas analizadas por las bodegas de la Federación Española del Vino y por el Observatorio Español para el Mercado del Vino (OEMV), en el plan para la internacionalización del vino español para 2020, las exportaciones seguirán en aumento tanto en volumen como en precios, pulverizando los actuales récords. Crecerán los vinos envasados y los espumosos, pero sobre todo los graneles de calidad a más precio, no a países productores, como sucede actualmente hacia Italia y Francia, sino a otros netamente importadores para envasar en esos países a mayor precio.

Según el director del OEMV y uno de los redactores de este plan, Rafael del Rey, cada día es mayor la competencia en los mercados del vino y también las dificultades burocráticas y arancelarias que están tratando de implantar algunos países netamente importadores. A pesar de todo, subraya, “las perspectivas son optimistas en cuanto poseemos un producto de calidad y muy competitivo en precio a pesar de que sigue subiendo. Nos falta fundamentalmente mejorar la imagen del producto y llevar a cabo una política de promoción y comercialización unitaria y coordinada”.

Las perspectivas para 2020 pasan por un aumento en volumen y precios

En su opinión, entre otras cosas, es preciso evitar que a un mismo país acudan casi a la par delegaciones para la promoción de vinos de diferentes comunidades autónomas y es necesario que se acuda con un discurso único. En este plan se fijarán los objetivos por países, por mercados y por tipos de vinos, a través de una coordinación total entre Agricultura, Industria, Icex, comunidades autónomas, cámaras de Comercio, denominaciones de origen, OEMV y, sobre todo, con las bodegas como motor en el seno de la Federación Española del Vino.

En los últimos años, la exportación de vinos y mostos ha batido todos los récords hasta los 22,3 millones de hectolitros y los 2.241 millones de euros, pero a un precio medio en descenso que en 2011 fue de solo 1,03 euros por litro. Esta cotización fue consecuencia del fuerte peso que suponen los graneles sin denominación de origen: la mitad de todo el vino exportado, a un precio medio en aumento pero que solo es de 0,43 euros el litro.

Actualmente, las ventas españolas de vino se distribuyen entre cinco grandes mercados con características muy diferenciadas en materia de precios y de producto comercializado. En el marco comunitario existe un primer mercado de venta de vinos a granel, especialmente a Francia, Italia o Portugal, a bajos precios y donde los vinos españoles entran solo de forma coyuntural en aquellas campañas con cosechas insuficientes para atender sus necesidades en el mercado interior y para sus exportaciones. Se trata de un mercado que no interesa y que España quiere abrir y consolidar en otras zonas como graneles para envasar, más rentables.

Hay un segundo mercado que en el pasado creció fuertemente en ventas y que hoy se halla estabilizado, como serían los casos de Alemania, Reino Unido, Suiza, Japón o Dinamarca, donde dominan los vinos envasados. Un tercer mercado, también con vinos envasados y de calidad donde se mantiene una línea de crecimiento corresponde a países como EE UU, Australia, Canadá y los países nórdicos. Un cuarto mercado corresponde a países emergentes como China, Brasil, Rusia, Hong Kong, México, Polonia, Corea del Sur o Angola, donde el vino ya es una bebida conocida con un fuerte crecimiento, y finalmente, países nuevos emergentes como India, Malasia, Nigeria, Taiwán o Tailandia, donde el vino es una bebida casi desconocida.

Las fórmulas para exportar vino en el futuro no son fáciles. Esas razones se ponen de manifiesto en la situación de cinco de los mercados mundiales más importantes, que suponen el 28% de las importaciones. En EE UU se choca con una competencia cada vez mayor y una regulación dispar entre Estados. En Reino Unido, la competencia de vinos procedentes de todo el mundo es muy fuerte, con una gran presión en precios y mayores tasas. En Rusia aumentan las dificultades burocráticas, como sucede en Brasil, y en China se teme una posible saturación de la oferta.

A pesar de ello, Rafel del Rey confía en un futuro positivo fundamentalmente porque en los últimos años está creciendo más el consumo en países no productores. Con vistas a 2020, los principales objetivos del plan de internacionalización se concentran en los países asiáticos, Canadá, Reino Unido, países del este de Europa y EE UU.

El sector aboga por más coordinación y un mensaje único de vino español

Con el horizonte 2020, los estudios para lanzar este plan contemplan una exportación total de vino en todo el mundo de 141 millones de hectolitros, frente a los 104 millones de 2011 y a los 70,8 millones de 2005. Se prevé un fuerte crecimiento de las ventas de los vinos envasados tranquilos y de los espumosos, y solo una leve disminución de los graneles. Las ventas españolas seguirán creciendo, pero a un ritmo inferior a los años precedentes, y la cuota en el mercado mundial pasaría del actual 21,5% al 17,1%.

En valor, las exportaciones de vino en 2020 ascenderían a más de 38.000 millones de euros, frente a los 22.500 millones de 2011 y a los 16.300 millones de 2005. La facturación de las ventas españolas para esa fecha se estiman en más de 3.500 millones de euros, y la participación de España en ese montante pasaría de suponer el 9% en la última campaña al 9,26%.

Finalmente, en materia de precios, las previsiones apuntan igualmente a un incremento de los mismos hasta una media de 2,69 euros el litro frente a los 2,42 euros el litro de 2011 y a los 2,29 euros el litro de 2005. Los precios de los vinos a granel se mantendrán estabilizados en una media de 0,64-0,65 euros el litro, al igual que los vinos espumosos en 6,76 euros el litro frente a los 6,60 euros de la campaña anterior, La posición más positiva corresponderá a los vinos tranquilos envasados, que pasarían de una media de 3,28 euros a 4,20 euros el litro.

En el caso de España, los precios medios seguirán estando por debajo de las cifras medias del comercio mundial para situarlas en 2020 en 1,46 euros el litro. En 2011, el precio medio de venta en el exterior de los vinos españoles fue de solamente 1,03 euros el litro frente a los 1,15 euros percibidos en 2005. Esta ha sido una de las causas por las que en los últimos años se dispararon las exportaciones españolas.

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