El FMI ve riesgos “alarmantemente altos” de un frenazo mundial
El Fondo cree que la solución de los problemas de las economías está en manos de las autoridades de Europa y EE UU y dependerá de las decisiones que tomen
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se pregunta en su informe sobre la economía mundial si el deterioro de la situación económica es solo un bache en el camino de una recuperación que ya se preveía lenta y fatigosa o si se trata de un problema más duradero. La respuesta, en su opinión, está en manos de las autoridades de Europa y EE UU y de la solución que den a los acuciantes problemas en ambos lados del Atlántico. Los riesgos de un grave frenazo mundial son “alarmantemente altos”, subraya.
Lo que más preocupa al Fondo es la zona euro. Sus previsiones parten de la hipótesis de que las autoridades europeas darán una respuesta adecuada a la crisis, lo cual es mucho suponer. En caso contrario, si la crisis del euro se intensifica otra vez, los capitales siguen huyendo de los países periféricos, las primas de riesgo suben y el crédito se contrae con fuerza, la crisis se puede llevar hasta seis puntos del PIB de los países periféricos, según el FMI. La posibilidad opuesta es que la zona euro no solo dé una respuesta adecuada, sino que vaya más allá y avance con fuerza y rapidez en la unión bancaria y la integración fiscal. Eso permitiría rebajar unos 200 puntos la prima de riesgo de los países periféricos y que sus economías volvieran a crecer.
El Fondo subraya los riesgos asociados al alto endeudamiento de las economías avanzada
El segundo gran riesgo negativo es el relativo al techo de deuda y el llamado abismo fiscal de Estados Unidos, que supondría un ajuste semiautomático de más de cuatro puntos con subidas de impuestos y recortes de gastos si el Congreso no lo evita. Un mal manejo de la situación provocaría que EE UU recayese en la recesión.
A corto plazo, el tercer riesgo es un encarecimiento del petróleo por tensiones geopolíticas. El camino a medio y largo plazo también está sembrado de minas. El Fondo subraya los riesgos asociados al alto endeudamiento de las economías avanzadas, los posibles errores al retirar los estímulos monetarios y la creciente aversión al riesgo.
Al describir la stuación actual, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, ha señalado que "el centro de atención sigue estando en la zona del euro". "Aquí ha habido un claro cambio de actitud, y se está creando una nueva arquitectura. Las lecciones de los últimos años ahora están claras. Los países de la zona del euro pueden verse afectados por fuertes shocks negativos específicos de cada país. La fragilidad de los bancos puede amplificar considerablemente el impacto negativo de estos shocks y, si la situación indica que las propias entidades soberanas podrían verse en problemas, la interacción entre estas y los bancos puede agravar aún más las cosas", ha señalado en Tokio en una rueda de prensa.
Según el FMI, esa nueva arquitectura debe orientarse a trasladar la supervisión, la resolución y los procesos de recapitalización de los bancos a la órbita de la zona del euro. El FMI cree que debe reducir la probabilidad de que las entidades soberanas incumplan sus pagos y, en los casos en que aun así se produzca una suspensión de pagos, debe reducir sus efectos en los acreedores y en el sistema financiero.
"A corto plazo, sin embargo, es preciso adoptar medidas más inmediatas. España e Italia deben llevar adelante planes de ajuste para restablecer su competitividad, sanear sus finanzas públicas y respaldar el crecimiento. A tal efecto, deben estar en condiciones de recapitalizar sus bancos sin incrementar su deuda soberana. Y deben estar en condiciones de tomar préstamos a tasas razonables. La mayoría de las piezas ya están ubicadas, y si se logra completar con rapidez este complejo rompecabezas es razonable esperar que pronto la peor parte de este proceso haya quedado atrás, ha añadido Blanchard.
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