La Bolsa cierra plana y la prima de riesgo cae por debajo de 550 puntos
El Ibex termina la jornada en 7.434,1 puntos, con un avance del 0,18% El tipo del bono a 10 acaba en el 6,853%
La primera semana de septiembre comienza con los mercados en vilo antes de la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), tras la que se espera que el presidente de la institución, Mario Draghi, vierta alguna luz más sobre el programa de compra de bonos soberanos que anunció el pasado 2 de agosto. Esa intervención, no obstante, estaría condicionada a que el país en cuestión —España o Italia— solicite previamente ayuda a los fondos de rescate europeo.
La prima de riesgo, o diferencial que se exige en el mercado secundario a los bonos españoles a 10 años respecto a los alemanes, sigue bajo presión. En la apertura ha escalado hasta 558 puntos básicos (5,58 puntos porcentuales), pero ha terminado el día en 547. El tipo del bono a 10 años ha llegado a tocar el 6,914% en la apertura, aunque luego ha cedido hasta el 6,8653%.
La prima de riesgo italiana escalaba hasta 452 puntos en la apertura, pero luego se relajaba hasta 439.
La Bolsa ha comenzado el día en retroceso y el Ibex marcaba un primer cambio un 0,42% por debajo de su cierre del viernes. A lo largo de la mañana se ha mantenido, con un leve repunte a la zona de ganancias, por debajo de su cierre anterior. Aunque por la tarde ampliaba la pérdida hasta hasta casi el 1%, ha conseguido cerrar con un avance del 0,18%, en 7.434,2 puntos.
Las plazas mundiales avanzan en una jornada festiva en Estados Unidos, a pesar de que hoy se ha conocido un nuevo dato que confirma que la actividad industrial en la eurozona se contrajo más de lo inicialmente estimado en agosto, según el indicador PMI de gestores de compras que elabora la firma Markit Economics, y que se situó en 45,1 (un nivel inferior a 50 implica contracción), con lo que suma 13 meses de caída de la actividad. Previamente se había conocido el dato de China, que en agosto registró su mayor contracción desde marzo de 2009.
Todo ello alimenta las expectativas de que los bancos centrales de las principales áreas económicas del mundo tendrán que relanzar el crecimiento con más estímulos monetarios, algo que recogen las Bolsas con alzas. Londres ha cerrado con un avance del 0,82%, París ha subido un 1,19%, Fráncfort un 0,63% y Milán un 1,1%.
La atención de los inversores se mantiene en la agenda diplomática de los líderes europeos. Hoy, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha comparecido ante los eurodiputados de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, en el marco de la preparación de propuestas para una unión bancaria y fiscal. También expondrán sus ideas los comisarios de Asuntos Económicos, Olli Rehn, de Servicios Financieros, Michel Barnier, y de Competencia, Joaquin Almunia.
Según ha trascendido, con los mercados ya cerrados, Draghi ha defendido que la compra de bonos a corto plazo no equivale a financiar Estados, en contra de lo que sostienen las tesis alemanas.
Pero el día más intenso será el próximo jueves. Ese día, la canciller alemana, Angela Merkel, visitará Madrid, mientras en Fráncfort el BCE celebrará su reunión mensual de política monetaria, tras la que se espera que Draghi esboce las líneas del plan de actuación que anunció el pasado 2 de agosto para aliviar la presión sobre las primas de riesgo demasiado elevadas que, en sus palabras, "entorpecen" la transmisión de las decisiones monetarias de la institución.
La deuda soberana española volverá a someterse al juicio de los mercados, ya que para ese día el Tesoro ha anunciado la subasta de títulos con vencimientos en 2014, 2015 y 2016. Alemania, Francia y Bélgica también han programado subastas de deuda para ese día, pero la principal atención será para la española.
La propuesta de Draghi implica que los países beneficiarios deberían pedir antes ayuda a los fondos europeos, algo que los Gobiernos de Mariano Rajoy y Mario Monti parecen querer evitar a toda costa, puesto que ello supondría una "estricta y efectiva" condicionalidad, en palabras del banquero central.
La medida ha hecho emerger la pública oposición del Bundesbank y del Gobierno alemán a un plan que se entiende que supera el mandato del BCE y equivale a la financiación de Estados, algo que expresamente prohíben los tratados de la Unión Europea. El último en reiterar esa posición ha sido el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schaeuble, en una entrevista radiofónica: "Tenemos que tener mucho cuidad en no levantar falsas expectativas. Tiene que quedar muy claro que la deuda pública no puede ser financiada con política monetaria. Por tanto, no podemos tener una decisión —lo consideraríamos muy equivocado— que no esté cubierta por el mandato del BCE".
Según fuentes de la institución citadas por Bloomberg, aún no hay una decisión tomada sobre la modalidad de la intervención. El Comité Ejecutivo del BCE enviará mañana a los 17 gobernadores una lista de opciones, como la que salió a la luz hace unas semanas en la prensa alemana, que contempla la fijación de techos en la rentabilidad de los bonos soberanos y las primas de riesgo. También podría tenerse en cuenta la compra de otros activos, no solo deuda pública, tal y como ha venido realizando la Reserva Federal en Estados Unidos desde el estallido de la crisis de las hipotecas basura en 2008.
En el mercado no faltan quienes, sin embargo, prefieren moderar su entusiasmo y no esperan sino líneas generales, dada la enorme incertidumbre que rodea a todo el entramado institucional que debe ponerse en marcha antes de una acción del BCE. Concretamente, el 12 de septiembre el Tribunal Constitucional alemán debe pronunciarse sobre la legalidad de la participación alemana en el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate europeo permanente que debe sustituir al temporal Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que expirará el próximo verano.
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