El IVA impone la cuesta de septiembre
El comercio trasladará paulatinamente el aumento a los consumidores El incremento se notó ayer en transporte, peluquerías y gimnasios
Ruth se levantó ayer por la mañana y notó el efecto del IVA según puso el pie en la calle. Tocaba renovar el abono transporte de septiembre y en Madrid se lo han subido 1,10 euros. Hasta hace tres años, trabajaba de dependienta en una tienda, pero se quedó en paro, y tras tres años en blanco, a sus 40 años, se ha reciclado en guardia de seguridad. “Me parece muy bien que nos maten a impuestos”, decía ayer, irónica, “pero entonces que nos bajen la luz, que ya van tres subidas y ahora llega la cuarta”. Pronunciaba estas palabras a la salida de unos grandes almacenes de Madrid, cerca de la Puerta del Sol, cargada con un par de bolsas. Calculaba que la ropa interior que había comprado le había salido un euro más cara y los juguetes que llevaba en la otra bolsa, dos euros y medio suplementarios. “Rajoy nos ha perdido perdón, pero me parece fatal la subida”, concluyó. “Se van a cargar a la gente del comercio”.
España adelantó cuatro meses la tradicional cuesta de enero, que arrancó ayer, 1 de septiembre, día en que el Gobierno del Partido Popular implantó esa subida impositiva que no estaba en su programa y contra la que tanto clamó en 2010. Beber agua, comer, hablar por teléfono, ir al cine y echar gasolina es más caro desde ayer para todos los españoles, sea cual sea su nivel de renta.
Muchos bares se resisten a encarecer el café para evitar perder clientes
La vuelta al cole de este año perfora los bolsillos de las familias, con partidas, como la del material escolar, que pasa de un 4% de IVA al 21%. De ahí que, en muchos lugares, se optara por adelantar compras. Una florista contaba ayer en su puesto de la madrileña plaza de Tirso de Molina que en la noche del viernes vio llegar a su madre a casa con todo un cargamento de víveres: doce bolsas de arroz, doce bricks de leche, diez latas de conservas de atún... La despensa quedó hecha unos zorros. Aún no sabía cómo se trasladarán los precios en el puesto de flores que ella atiende.
Casi todo es más caro desde ayer. O si no, lo será. La subida del tributo no tiene matices: del 18% al 21% en el tipo general y del 8% al 10% en el reducido. En algún artículo concreto, del 4% al 21%. Sin embargo, a pie de calle las cosas no eran ayer blancas o negras. El café vale lo mismo en muchos bares y hay tiendas que no cambiarán los precios de lo que ya tienen en su almacén, pero también peluquerías en las que teñirse o cortarse el pelo vale ya unos cuantos euros más. La cuesta de septiembre ha comenzado, pero será una subida pausada. Será la cuesta de octubre, de noviembre y puede que de diciembre. Los servicios la inauguran: la luz, el teléfono y el agua ya son más caros.
“El Gobierno se va a cargar a la gente del comercio”, valoraba una clienta
El ministro de Industria, José Manuel Soria, declaró que incrementar el IVA no ha resultado “fácil” y señaló que lo deseable hubiera sido reducirlo.
El sábado por la mañana en Barcelona, en el mercado de la Llibertat del barrio de Gràcia, no se apreciaban subidas de precios de viernes a sábado: la botella de aceite de oliva virgen extra, 3,15 euros; el café, 2,55; el kilo de ternera, 11,75 euros.
En un establecimiento de Mercadona, en la calle Aribau, el ambiente no distaba de otro sábado cualquiera. “Ya sabía que no subirían el precio”, aseguraba Dolors Badia, de 48 años, “por eso no tenía prisa por venir antes”. La cadena de supermercados ya había asegurado que el aumento del IVA no se aplicaría a los precios. “Aunque creo que al final sí que nos lo cobrarán”, añadía Badia.
Rubén Sánchez, portavoz de la organización de consumidores FACUA, alertaba de que muchos comercios se han adelantado dos o tres días en la subida. Enrique García, de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), recomendaba que se desconfíe de la estrategia de marketing de los precios: “Tarde o temprano, van a repercutir el IVA y lo van a subir”.
“Al cine no voy, pero aún voy a ir menos”, dice una sevillana
En la misma línea se mostraba ayer la dependienta de una tienda de zapatos en Sevilla, en el centro comercial Plaza de Armas: “Para la próxima temporada de primavera sí habrá subida. Hasta entonces los clientes no lo sentirán”. En la capital andaluza, la mayoría de consumidores temía la subida en la compra de alimentos. “Al cine no voy, pero aún voy a ir menos”, bromeaba Juani Sánchez.
Algunos apostaron por adelantar compras. En Talleres Montero, en el barrio de Triana, Antonio Montero comentaba que algunos clientes que se lo estaban pensando anticiparon su compra de coche para ahorrarse entre 280 y 400 euros.
En un Eroski de Bilbao, tampoco se apreciaban grandes cambios. El precio que tenía una lavadora el viernes (372 euros) se mantenía ayer. Y lo mismo ocurría con el televisor de 32 pulgadas (359 euros).
Algunos de los que no subieron precios convirtieron su estrategia en reclamo. En la madrileña peluquería Dania, en la calle Conde de Peñalver, barrio de Salamanca, seis clientes esperaban ayer turno al mediodía. Sobre sus cabezas, colgaba un cartel que decía: “No subimos el IVA”. Las mechas costaban 32,95 euros, lo mismo que la semana anterior. Aidé Luboa, de 88 años, una de las clientas que esperaba a ser atendida, aseguraba que si había acudido a ese establecimiento era por costumbre: “¿Por qué no se va a subir el IVA estando como están las cosas? Si no hay más remedio, no hay más remedio”, zanjaba.
FACUA asegura que algunos comercios adelantaron el incremento
Para no asustar a la clientela, en muchos establecimientos, incluso los que han decidido trasladar a sus precios la subida del IVA, tiraban ayer de descuentos. En el exclusivo gimnasio Metropolitan, cercano a la plaza de Santa Ana, regalaban parte de la matrícula.
En Carrefour sí estaba previsto trasladar el IVA a las estanterías. Pero muchos precios seguían ayer invariables. Un paquete de pañales, por ejemplo, seguía costando 23,3 euros. “Pero seguro que a la larga los acaban subiendo. ¡Vamos a tener que enseñar a nuestra hija a ir al cuarto de baño con 10 meses!”, bromeaba un cliente.
La congelación de precios, estimulada entre otros por Inditex, pudo incluso atraer clientela. A las 14.00, el supermercado Mercadona de Puente de Vallecas rebosaba de gente. Lola, una de las empleadas, aseguraba que había más clientes que cualquier otro sábado. Aunque reconocía que era difícil saber si era porque no subían precios o porque era la vuelta de las vacaciones.
Con información de David García, Javier Martín-Arroyo, Carlos Laorden, Rocío Huerta y Silvia Hernando.
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