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Rajoy maniobra por todos los medios para intentar evitar el rescate total

Guindos viaja a París para reunirse con su homólogo Moscovici El Ejecutivo busca un eje de presión con Italia y Francia

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.MANUEL H. DE LEÓN (EFE)

Todos los planes están fallando y la sensación de angustia que trasladan todos los ministros es absoluta, pero hasta el último momento Mariano Rajoy y su equipo siguen intentando por todos los medios evitar el rescate total que no solo supondría un golpe demoledor a su Gobierno —la crisis sería inminente, aunque nadie se plantea de momento la caída de Rajoy, sí necesariamente de parte del equipo económico— sino sobre todo un desastre económico para España, con el cierre definitivo de los mercados y recortes aún más brutales.

En el Gobierno hay división de opiniones. Todos quieren alejar el fantasma del rescate pero una parte del Ejecutivo empieza a verlo como inevitable. Rajoy y su equipo más directo trabajan con gran secretismo y nadie oculta en privado que están encima de la mesa todos los escenarios. El del rescate ni siquiera es el peor, también está la ruptura del euro y la suspensión de pagos de España.

El Ejecutivo, sin embargo, trabaja con todo lo que tiene a su alcance para intentar evitar esos tres escenarios y lograr la ansiada intervención del BCE. El principal encargado de esta tarea es Luis de Guindos, que este martes se fue a Alemania a ver al ministro de Finanzas de Angela Merkel, Wolfgang Schäuble, y a última hora cerró otra cita hoy en París con Serge Moscovici, ministro de Economía francés. Economía niega absolutamente que Guindos haya ido a Alemania a preparar el terreno para un rescate total, aunque también hubo un viaje similar poco antes de pedir el rescate bancario en junio.

Desmentido radical de Italia y Francia tras una nota de Méndez Vigo

También Rajoy está multiplicando sus contactos. El Gobierno sigue sin desvelar nada sobre ellos, pero sí admite que se está buscando una estrategia de presión sobre Alemania similar a la que se puso en marcha en la pasada cumbre del 28 y 29 de junio. Fuentes del Ejecutivo señalan que Mario Monti, muy interesado en que no caiga España, llamó ayer a François Hollande para trabajar en esa estrategia de presión. Monti vendrá a Madrid el 2 de agosto, aunque antes de eso tiene que pasar algo, dice el Ejecutivo, porque España no puede aguantar con una prima muy por encima de 600 puntos.

El contacto de Moncloa con el Gobierno alemán es constante, repiten en el Ejecutivo. Pero también admiten que las posiciones siguen siendo durísimas, algo que achacan a la presión interna que tiene Merkel. La canciller, además, se va de vacaciones en plena tormenta. En el Gobierno ya no se niega que la tensión entre Rajoy y Merkel es importante después de la última cumbre y se señala que las posiciones de Schäuble parecen más flexibles.

A los ministros se les ha trasladado la idea de que a nadie le conviene el rescate, que España es demasiado grande, que no hay dinero suficiente en Europa y por tanto se confía en que haya una solución de última hora que pasaría por el BCE. Se les ha explicado que no tiene sentido el rescate porque después de España iría Italia, y el euro correría aún mayores riesgos. Se les ha dicho que para Alemania es mucho más rentable una intervención del BCE que un rescate total, porque los alemanes tendrían que poner buena parte del dinero.

Aunque se decida pedir un rescate, se negará hasta el final

Sin embargo, las decisiones definitivas se manejan entre Rajoy, Luis de Guindos, Álvaro Nadal y reducido número de colaboradores. Si se ha decidido ya pedir el rescate, se negará hasta el último minuto.

El malestar con Alemania es cada vez mayor, aunque en público no se dice nada. Y el rescate total, que los mercados empiezan a dar por hecho, se pronuncia ya con todas las letras por dirigentes europeos. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, señaló que espera que no sea necesario un rescate total de España y reclamó la intervención del Banco Central Europeo (BCE) o del fondo de rescate.

En el Gobierno español está casi asumido que forzar la intervención del BCE es muy difícil por la negativa alemana. La desconfianza del Gobierno alemán en España parece importante tras la cumbre. Otra posibilidad, apuntada por Fabius, es la de que el fondo de rescate compre deuda española, aunque eso conllevaría condiciones muy duras.

Rajoy, angustiado, busca complicidades políticas, y ayer estuvo un buen rato en los pasillos del Congreso trasladando la situación a Josep Antoni Duran, portavoz de CiU y una persona conocedora de los entresijos europeos. Pero sobre todo el presidente buscar presionar, con ese eje Italia-Francia-España, para que se cumplan rápidamente los acuerdos de la última cumbre.

Aunque esa ansiedad le jugó la tarde del martes una mala pasada. El Ministerio de Exteriores publicó una escueta nota en la que España, Francia e Italia exigían “la inmediata ejecución de los acuerdos del último Consejo Europeo”. “Hay un desfase preocupante entre las decisiones que se toman y la ejecución de dichos acuerdos”, asegura el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, en ese comunicado. Francia e Italia desautorizaron de forma fulminante al Ministerio de Exteriores. El Gobierno retiró rápidamente la nota de la web del Ministerio y de la de Moncloa y lo atribuyó a un malentendido. “Esta información es alucinante. No se basa en ninguna realidad”, aseguró el Gobierno francés.

Fuentes francesas e italianas criticaron el error diplomático español. Méndez Vigo señaló después que el malentendido había quedado aclarado tras hablar con sus colegas. Todos quieren la aplicación rápida de los acuerdos, y hasta Alemania dijo que la desea, pero España se equivocó al plantear una especie de frente antialemán, según admitía ayer el Gobierno español.

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