Arruinados en Nueva York y en Londres
El escándalo del Líbor amenaza a la banca de EE UU
Hasta ahora, solo Barclays ha sido acusado de cometer irregularidades en el escándalo que se está haciendo público por la manipulación del tipo interbancario ofrecido de Londres (líbor). Pero los accionistas de los megabancos estadounidenses deben añadir ahora un tipo de interés misterioso a una ya larga lista de riesgos por los que preocuparse. Eso va a hacer que, próximamente, a JPMorgan, Citigroup y Bank of America les resulte aún más difícil cotizar por encima del valor contable.
Los tres bancos, que participan en la fijación del líbor, sufrieron un revés el jueves, el día después de que Bob Diamond, el ex consejero delegado de Barclays, dijera a los legisladores británicos que se estaba poniendo en la picota injustamente a su banco por ser el primero en admitir una mala conducta. JPMorgan, que sigue renqueante por las revelaciones de mayo por las que se supo que perdió al menos 2.000 millones de dólares en operaciones bursátiles de derivados de crédito, cayó más de un 4%, mientras que las acciones de Bank of America y Citigroup perdieron cerca de un 3%, mucho más que las pérdidas del mercado mundial.
Aunque se eliminen los chanchullos de los bancos, el escándalo del líbor sirve para recordar a los inversores la complejidad que conlleva la valoración de estas enormes entidades. El reconocimiento de las irregularidades por parte de Barclays, su multa de 450 millones de dólares y la posterior defenestración de su cúpula directiva han demostrado que la conducta imprudente, incluso en las actividades más rutinarias de la banca, puede poner contra las cuerdas hasta a uno de los bancos más poderosos.
Dado el tamaño y el ámbito de influencia de los grandes bancos, se puede disculpar a los inversores si temen que se descubra otra conducta irregular en alguna parte del sistema financiero. Es más, siguen tratando de determinar la responsabilidad final por la debacle de las hipotecas de alto riesgo, o de calcular las pérdidas de JPMorgan en las operaciones de derivados que se supone que tenían que proteger a la empresa. No resulta sorprendente que los bancos estén cotizando con grandes descuentos.
Las acciones de Bank of America y Citi cotizan cerca de un 60% por debajo de sus respectivos valores nominales, mientras que JPMorgan —antaño el indiscutible niño bonito de un sector bancario estadounidense cuya reputación está por lo demás manchada— gestiona un 27% menos que el valor de sus activos menos las obligaciones. Si persisten estos descuentos, no serán el líbor, las pérdidas crediticias o unas operaciones con derivados que salieron mal lo que preocupe a los inversores, sino la forma de desgajar los bancos en partes más gestionables, accesibles y transparentes.
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