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La última carta de Brufau a Cristina Fernández

Repsol ofreció al Gobierno argentino invertir conjuntamente en los campos de YPF La compañía tenía ofertas internacionales para aliarse con YPF en sus nuevas inversiones El Gobierno argentino considera la misiva de Repsol “autoincriminatoria” y “desvergonzada”

Miguel Jiménez
Antonio Brufau, presidente de Repsol.
Antonio Brufau, presidente de Repsol.EFE

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ofreció a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, invertir conjuntamente en los campos de petróleo y gas argentinos para elevar la producción. Fue un último intento del ejecutivo español por preservar el control de la compañía y evitar la expropiación. El Gobierno de Cristina Fernández no solo rechazó el ofrecimiento, sino que además considera que la carta de Brufau es "autoincriminatoria" y que refuerza sus argumentos para la expropiación.

La misiva fue dirigida por Brufau a Fernández desde Madrid el pasado 2 de abril, tras los vanos intentos del presidente de la petrolera española por entrevistarse con la presidenta argentina. En la carta, Brufau sostiene que la empresa comparte y considera legítimo el objetivo del gobierno "de mejorar la balanza comercial energética del país y de acelerar la capacidad de producción mediante el incremento de las inversiones, con la última finalidad de conseguir lo antes posible el autoabastecimiento en el sector de los hidrocarburos".

La carta enviada por Brufau menciona un Plan de Negocios mediante el cual la propia YPF estaría en condiciones de resolver el problema ya que "convertirá a Argentina en un país autoabastecido energéticamente y netamente exportador de hidrocarburos”, incrementando en un período de cinco años la producción de petróleo en un 30% y de gas en un 20% explotando recursos no convencionales pero también “con la posibilidad de rejuvenecer actuales campos maduros".

La compañía tenía ofertas internacionales para aliarse con YPF en sus nuevas inversiones

Brufau señalaba, no obstante, que ese plan excedía "la actual capacidad inversora de YPF". Por eso, la empresa proponía "asociaciones para ceder parte de su participación en las concesiones (… ) a empresas e inversores nacionales e internacionales (…) con el objeto de obtener la financiación necesaria para la ejecución del Plan”, decidiendo en cada caso “quién será el operador". También señalaba que "las Provincias y el Estado Nacional podrían tomar una participación en la inversión en cada campo".

En la carta, además, Brufau desvelaba que "YPF ya tiene avanzadas negociaciones con significativos ofertantes que representan compañías internacionales" para acometer ese proceso inversor.

Los argumentos del presidente de la empresa española, sin embargo, no convencieron en absoluto al Gobierno de Cristina Fernández, que acusa a la petrolera, que acusa a la petrolera de haber llevado a cabo una estrategia "predatoria, cortoplacista y especulativa" en YPF.

El Gobierno argentino retuerce los ofrecimientos de Repsol para reprocharle no haber acometido antes ese rumbo inversor. "Si ese esfuerzo inversor no fue realizado con anterioridad es precisamente porque la política de la empresa fue la opuesta ya que, en lugar de priorizar las inversiones, Repsol se apropió a través de una desmedida distribución de dividendos que ascendió a 13.423 millones de dólares desde que tomó el control de la empresa", asegura el Gobierno en su proyecto de ley.

El Gobierno argentino considera la misiva de Repsol "autoincriminatoria" y "desvergonzada"

El Gobierno de Kirchner también rechaza las propuestas de inversión conjunta en YPF. "¡Generoso ofrecimiento!", ironiza en la exposición de motivos del propio proyecto de ley. "Justamente Repsol, principal causante de la situación actual debido a las decisiones empresarias que fue tomando oportunamente durante todos estos años, se ofrece ahora como un salvador capaz de revertir la grave situación a la que llevaron el país. No ofrece, no obstante, aportar siquiera parte del capital propio que han extraído ni ofrece utilizar la capacidad operativa propia. La propuesta consiste en 'subconcesionar' las áreas a ellos otorgadas en concesión, pero que ahora confiesan que no pueden explorar ni explotar adecuadamente. Serían, en su lugar, otras empresas o el propio Estado los que desarrollarían este Plan de Negocios. El papel que se reserva Repsol es el de garantizar 'la atracción de enormes inversiones a la Argentina catalizadas a través de Repsol como compañía de prestigio y solvencia internacional'. Es decir, pretenden actuar como agentes intermediarios para captar inversiones, arrogándose además el derecho que pertenece a las Provincias de otorgar concesiones sobre los campos que ellos mismos tienen otorgados pero que no pueden explotar por falta de capital o de capacidad operativa", critica el Gobierno.

Y sobre la posibilidad de dar entrada a socios internacionales para reforzar la capacidad inversora y acelerar la nueva producción, el Gobierno argentino lo interpreta como que "Repsol está ofreciendo a otras empresas lo que no les pertenece".

En el texto enviado al Parlamento, el Gobierno argentino califica la propuesta de Repsol de "desvergonzada" y de "autoincriminatoria": "Repsol confiesa aquí que no ha invertido durante todos estos años lo suficiente como para elevar las reservas e incrementar la producción cuando podría haberlo hecho y que ahora, para suplir esta falta de inversión es necesario redoblar el esfuerzo, pero que no puede hacerlo", es la conclusión argentina.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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