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La nueva amenaza se llama petróleo

La escalada del precio del crudo se suma a la lista de riesgos para el crecimiento, sobre todo en la Unión Europea

ALICIA GONZÁLEZ
El Gobierno de Indonesia se plantea subir los precios de la gasolina y reducir los subsidios
El Gobierno de Indonesia se plantea subir los precios de la gasolina y reducir los subsidiosAdek Berry (Afp)

Éramos pocos... y subió el petróleo. Cuando el crecimiento global se ralentiza, la demanda de crudo en los países industrializados está en los niveles más bajos de la última década y justo cuando las tensiones sobre la deuda europea se relajan tras el segundo rescate a Grecia, el petróleo vuelve a situarse en niveles máximos que añaden nuevas dificultades al escenario económico internacional pero quizás más, si cabe, para Europa. De hecho, el precio del barril de Brent, el de referencia para la región, alcanzó máximos históricos el pasado día 13 si lo medimos en euros —a 96,2 euros por barril— y, con 6 de las 17 economías del euro ya en recesión, el riesgo de estanflación, con crecimiento de la economía a la baja y precios al alza, aumenta.

De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha revisado su cuadro macroeconómico para este año en esa dirección. La inflación se situará en el 2,4%, frente al 2% estimado en diciembre, mientras que la economía se contraerá un 0,1%, tras el crecimiento del 0,3% que todavía calculaba a finales de 2011. Su presidente, Mario Draghi, justificó la revisión en “el aumento de los precios de la energía y de las subidas de impuestos indirectos” y, en ese escenario, es muy difícil esperar una rebaja de los tipos de interés por parte de la autoridad monetaria para estimular la débil actividad de la periferia. Lo reconoce Julian Callow, de Barclays Capital. “La revisión al alza de las previsiones de inflación no es suficiente para inducir una recesión más profunda, pero bien puede hacer que el BCE se abstenga de reducir más el precio del dinero”.

Lo cierto es que el aumento del precio del petróleo ha vuelto a poner en la agenda la amenaza inflacionista. La enorme liquidez bombeada por los principales bancos centrales como respuesta a la crisis financiera eliminaba este riesgo mientras el crecimiento global fuera moderado y persistiera el riesgo de recaída. Pero la escalada petrolera puede acelerar ese escenario y obliga a las autoridades monetarias a tener perfectamente diseñado un plan de salida de la liquidez, en caso de que las amenazas se empiecen a materializar. Un riesgo que ronda tanto a las economías industrializadas como a las emergentes.

Aumenta el temor a un escenario de PIB a la baja y precios al alza

El embargo de las exportaciones de petróleo de Irán no ha hecho sino añadir leña al fuego y ha hecho crecer, además, el temor a un shock petrolero. David Resler, de Nomura, recuerda que “la historia proporciona amplia evidencia de lo disruptivo que pueden ser los choques de oferta, especialmente en el sector energético. Fuertes incrementos en los precios del petróleo asociados con significativos shocks de oferta han precedido cada recesión en Estados Unidos en los últimos cuarenta años”.

Sin llegar a tanto, un alza de precios sostenido puede tener, sin duda, un impacto negativo sobre el crecimiento aunque no llegue a provocar una recesión. Los economistas Tobias N. Rasmussen y Agustin Roitman subrayaban el año pasado en un papel de trabajo del Fondo Monetario Internacional (FMI) que un aumento del 25% en los precios del crudo provoca, de media, una caída del PIB de medio punto “o incluso algo menos”, aunque insisten en que las diferencias varían según las distintas regiones. Resler, de Nomura, pone números a esa tesis. Sus datos apuntan a que por cada 10 dólares de aumento “permanente” en los precios del petróleo en Estados Unidos, el crecimiento en aquella economía se reduce dos décimas anuales y cinco décimas en el caso de buena parte de las economías asiáticas aunque “India, Corea, Tailandia y Filipinas se verían más afectadas que otras”, subraya. En el caso de Europa, el petróleo ha llegado a acumular un alza del 27% en los últimos seis meses. Pese a ello, el analista de Nomura asevera que “los precios no han subido lo suficiente como para liderar un descenso de la economía global”. Solo una desaceleración dice. Ese análisis descartaría un escenario similar al que tuvo lugar en 2008, cuando en pleno estallido de la crisis financiera, la escalada de los precios de la energía y de las materias primas, en general, precipitó la recesión de las principales economías desarrolladas y agudizó la crisis.

La posibilidad de que el BCE baje tipos se reducen en estas circunstancias

De la misma opinión son los analistas de Barclays Capital. “Pensamos que no [hay riesgo de un rally al alza de precios], pero permanecemos preocupados ante el hecho de que no es un riesgo que pueda simplemente ser ignorado”, apuntaba Sreekala Kochugovindan en un reciente informe. Porque lo peor, en su opinión, no es que el actual nivel de precios suponga una amenaza real al crecimiento global, pero sí al ritmo de expansión por la vía del gasto de los consumidores. Los expertos atribuyen la caída en el consumo de gasolina en Estados Unidos al alza de precios y de ahí que el Gobierno del presidente Barack Obama, que se enfrenta este año a nuevas elecciones, se haya planteado la posibilidad de sacar reservas estratégicas para hacer caer los precios antes de noviembre.

Pero no todo es negativo en las subidas del precio del crudo. La historia demuestra que las crisis petroleras de las últimas cuatro décadas han impulsado las innovaciones que han llevado a un uso más eficiente de la energía, lo que a la larga ha reducido la dependencia que la economía tiene del petróleo. Los últimos informes apuntan que la energía derivada del petróleo que se necesita para generar un dólar de PIB real mundial se ha reducido un 47% desde el año 1995. “Eso demuestra, a su vez, que los cambios repentinos en los precios de la energía son algo menos dañinos para la economía de lo que lo eran en el pasado”, apunta el analista de Nomura.

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Sobre la firma

ALICIA GONZÁLEZ
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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