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CUENTAS PÚBLICAS

El Gobierno prepara un Presupuesto con un déficit que superará el 4,4%

Pulso entre Madrid y Bruselas por el calendario de flexibilización del objetivo El Gobierno se plantea retrasar la aprobación del techo de gasto

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en una rueda de prensa en la sede de la Unión Europea en Bruselas
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en una rueda de prensa en la sede de la Unión Europea en Bruselas EFE

Bruselas atenderá las peticiones del Gobierno español. Va a relajar el recorte del déficit público previsto para este año para hacer un poco menos dura la profunda recesión que se avecina. Pero hay una negociación en marcha —un pulso en toda regla— para ver cuándo y con qué intensidad se flexibiliza esa cifra, que marcará la política, la economía y el grado de tensión de la sociedad española durante los próximos meses. El tiempo apremia: el Gobierno, que negocia con Bruselas el dato definitivo, prepara ya unos Presupuestos con un déficit que supera el 4,4% del PIB previsto inicialmente, a la espera del resultado final de las conversaciones con la Comisión Europea.

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“Lo de España vamos a solucionarlo”, dijo ayer rotundo el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que preside el Eurogrupo. Juncker dará la palabra mañana a Luis de Guindos en la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona. Guindos explicará allí la desviación del déficit de 2011, hasta el 8,5% del PIB, muy por encima del 6% pactado inicialmente. Esa cifra dificulta sobremanera el recorte del déficit hasta el 4,4%: eso supondría fuertes tijeretazos en el gasto y nuevas subidas de impuestos por un importe de unos 44.000 millones (incluidos los 13.000 millones de subida del IRPF y recorte de gasto en la prórroga de los Presupuestos), una cifra probablemente inalcanzable. Un exceso que, a juicio del Gobierno e incluso de Bruselas, agravaría el hundimiento de la economía.

El portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión, Olivier Bailly, coincidió con Juncker en el quid de la cuestión: “Hay que ver cómo solucionamos el problema de España”. Y sin embargo hay una diferencia sustancial en el tono. El departamento que dirige Olli Rehn se muestra más reacio a dar margen y para ello quiere primero las cifras definitivas del déficit español —que aún no han llegado a Bruselas— y sobre todo reclama pruebas de que al Ejecutivo no le temblará la mano al acometer una segunda oleada de recortes. Esas pruebas llegarán el jueves a las dos y media de la tarde: Guindos planteará en el Eurogrupo “el absoluto compromiso del Gobierno con los recortes este año”, según informaron fuentes de Economía, para facilitar el sí de sus socios a la flexibilización.

Rajoy quería lograr ya cierta relajación del déficit antes de fijar el tope de gasto

El jueves por la noche, Rajoy tiene prevista una cena con el resto de líderes de la UE. Para entonces, La Moncloa confía en que la negociación esté resuelta. Al día siguiente, Hacienda anunciará el cuadro macroeconómico, que plantea las previsiones de crecimiento, de inflación y de déficit y es fundamental en la elaboración de los Presupuestos. La duda es si además aprobará el techo de gasto, en el que sí tiene que decir qué objetivo de déficit fija.

En este momento, el Gobierno trabaja con un déficit que superará ese 4,4%, según explicaron a EL PAÍS varias fuentes del Ejecutivo, aunque la decisión final está en manos de Rajoy, y se tomará con el particular estilo del presidente: prácticamente en el último minuto, en función del signo de las conversaciones con Bruselas. De hecho, ante la posibilidad de que no sea posible obtener un gesto a tiempo, el Gobierno se plantea retrasar la aprobación del techo de gasto, y presentar solo el cuadro macroeconómico. Ganaría una semana para negociar. No mucho más, porque después ese techo debe ser aprobado en el Congreso y los Presupuestos presentados el 30 de marzo.

El comisario Rehn insiste en tener todos los datos y conocer los nuevos ajustes

Las declaraciones en Madrid y Bruselas coinciden en el fondo (más margen para España), pero el pulso está en las formas, en el cuándo, en cómo se toma esa decisión. El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, aseguró ayer en Onda Cero que el Gobierno aprobará el viernes el techo de gasto y dejó abierta la puerta a una revisión del objetivo de déficit: “La lógica de las cosas hará que las instituciones comunitarias y el Gobierno alcancen un acuerdo (sobre el déficit), que se plasmará en los Presupuestos de este ejercicio. Dentro de cuatro días se sabrá la cifra”. Fuentes del ministerio dieron por hecho que habrá cambios, pero evitaron precisar las cifras, informa Jesús Sérvulo González.

El calendario que maneja el Ejecutivo no coincide con el de la Comisión, que ayer volvió a hablar de “semanas” por boca de Rehn. Los procedimientos de Bruselas “son los que son y no se pueden incumplir”, dijo el comisario, lo que en última instancia podría suponer incluso la apertura de un procedimiento de sanción si el Gobierno sigue adelante sin el plácet de Bruselas. Todo eso puede desencallarse en un plano más político, dentro del Eurogrupo, tal y como confirmó Juncker a la cadena SER: “Seremos capaces de encontrar una solución. Estamos muy satisfechos de los esfuerzos realizados por España”.

En fin, el equipo de Rajoy presiona por tierra, mar y aire para obtener tanto una cifra menos exigente de déficit como un plazo más prolongado para llegar al 3% en 2014 y no en 2013. Y la Comisión quiere darse más tiempo, hasta conocer con detalle las cifras y los recortes: Bruselas cederá, pero no sin someter a examen la amplitud de la tijera de Rajoy.

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