Los bancos y cajas españoles afirman que los nuevos criterios de capital no son un problema
La patronal AEB asegura que las entidades o bien ya cumplen o son "perfectamente capaces" de alcanzar los mínimos.- El Gobierno recuerda que España ya cuenta con mayores reservas
Los bancos y cajas españoles no ven ningún problema en los nuevos requisitos aprobados por el comité de Basilea y que endurecen los mínimos de capital exigido a las entidades para afrontar la crisis. Tal y como quedó patente tras la publicación de las pruebas de resistencia en julio, el sector financiero español está saneado y, aunque cosechó algunos suspensos, preparado para afrontar un eventual deterioro de la situación gracias a que el supervisor viene exigiendo desde hace años unos niveles de capital y reservas superior al del resto de países.
Esta política preventiva y el hecho de que en España ya es obligado dotar provisiones anticíclicas en vista de épocas de vacas flacas, según ha recordado hoy el Gobierno, son los factores que explican que para los bancos y cajas sea ahora más fácil alcanzar unos requisitos que entrarán en vigor en 2013 pero que no serán exigibles hasta el 1 de enero de 2019. En resumen, la nueva normativa obliga a las entidades a reservar un mínimo del 7% de sus activos entre capital básico -acciones y reservas, en inglés, core Tier 1- y el "colchón de protección" que deben llenar en épocas de bonanza para hacer frente a las pérdidas derivadas de shocks financieros. Al mismo tiempo, las nuevas normas también ayudan a limitar los impulsos de los ejecutivos por embarcarse en operaciones de riesgo excesivo, lo que está en el embrión de la crisis actual.
La patronal española exige que su aplicación sea igual en todos los países para no dañar la competitividad
Trichet defiende que los nuevos requisitos no son un lastre para el crecimiento económico
Para la Asociación Española de Banca, los bancos o bien ya cumplen con los nuevos niveles de capital exigidos o son perfectamente capaces de alcanzarlos dentro del plazo previsto. Para ello, pueden optar por ampliar capital, reducir el pago de dividendos o recortar los bonus que pagan a sus directivos, estas dos últimas opciones menos populares y expuestas a un castigo en Bolsa. De hecho, son exigibles por los supervisores si el colchón de reservas no llega a los mínimos previstos.
Aplicación "equitativa"
Aunque su predisposición al conjunto de normas incluidas en lo que se ha venido en llamar Basilea III es total, desde la patronal bancaria española han reclamado a los supervisores que la nueva normativa se aplique de forma "transparente y equitativa" en todos los países para que no altere "las condiciones de igualdad competitiva".
Por su parte, las cajas de ahorros no ven "ningún problema" para asumir las nuevas exigencias. Según han declarado fuentes del sector a Efe, las pruebas de solvencia de la banca, que fueron difundidas el pasado mes de julio, ya pusieron de manifiesto que estas entidades podrían hacer frente a situaciones económicas adversas.
La reestructuración, clave para las cajas
No obstante, sí han reconocido que aquellas entidades que suspendieron las citadas pruebas -Caja Duero y Caja España; Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa; Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu; y Banca Cívica (Caja Navarra, General de Canarias y Burgos)- son grupos que están en procesos de fusión que, precisamente, se han llevado a cabo con el objetivo de poder cumplir los citados requisitos. De todas maneras, han recordado que aún hay tiempo para adecuarse a ellos. En cuanto al Gobierno, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha calificado los cambios como una "buena decisión", ha recordado que el sistema financiero español ya cuenta con mayores reservas que el de otros países europeos.
Desde el exterior, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha afirmado que los nuevos criterios serán positivos para la economía ya que acaban con la "incertidumbre" que pesaba sobre el sector. En representación de los 27 bancos centrales presentes en esta institución, Trichet ha defendido que los nuevos requisitos de capital que tendrán que cumplir las entidades no supondrán un lastre para la recuperación ya que, en su opinión, el mayor esfuerzo que deberán hacer para aumentar sus reservas no afectará a la concesión de créditos.
"En la crisis actual de la economía mundial, la incertidumbre es un enemigo", ha enfatizado Trichet antes de admitir que los nuevos niveles de capital son "duros" pero necesarios para contribuir a la consolidación de la economía mundial. Según ha añadido, al reforzar la capacidad de resistencia de los bancos con vistas a futuras turbulencias se impulsa también la recuperación. "Es bueno para la economía y, por tanto, bueno para el crecimiento", ha insistido.
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