"Me gusta mucho la prensa, pero tiene horarios muy esclavos"

¿Era usted una empollona? Un poco sí. Por eso he tardado mucho en escribir la novela. He tenido durante mucho tiempo un gran sentido de la responsabilidad, y eso te paraliza.

¿Qué le hizo cambiar? Mi paso por Paramount Comedy. Me reenganchó con la infancia y lo lúdico. Me ha permitido lanzarme. Antes pensaba que yo no estaría a la altura.

¿Qué es exactamente un 'coach' de actores? Pues una persona que lee el trabajo de los humoristas, hace de Señorita Rottenmeier y les dice lo que hacen mal.

Ha trabajado en periódicos, radio y televisión. ¿Cuál es el peor sitio? Lo que más me gusta es la prensa, pero tiene horarios muy esclavos. Por cierto, esta opinión nunca me la han publicado.

Así que dejó la prensa para tener tiempo para escribir una novela histórica de 600 páginas. No es histórica, es un viaje vital de personaje peleando contra su destino como La Odisea.

'La Odisea' no lleva al final cuatro páginas con la documentación bibliográfica necesaria para conocer exhaustivamente un lugar muy concreto y un momento muy concreto: la España de finales del XIX. La he puesto porque me parece que aporta atmósfera. Había unos retazos de una historia real que yo conocía y tropecé con una etapa muy interesante.

¿Le interesaba esa época? No, pero he descubierto que es muy desconocida. Por el final del siglo XIX se pasa de puntillas.

Dicen que en la feria de Fráncfort el libro llamó mucho la atención. Me hubiera encantado estar allí para verlo. Pero sí, editoriales de varios países se interesaron por él.

¿El éxito era su objetivo? No. Soy muy disfrutona y muy entusiasta. No lo he hecho para forrarme. No lo he hecho para vender. Yo tengo mi trabajo. Jamás me planteé escribir un superventas.

Sin embargo, todo el mundo lo señala como un 'best seller' inminente. Bueno, es el interés de la editorial. Y es legítimo por su parte intentar llegar a un buen número de lectores.