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Entrevista:KEITH JARRET | Pianista

"Si algo empieza con un tuit me entran dudas"

Es el último entre los grandes divos del jazz de la historia. Keith Jarrett (Pensilvania, 1945) apenas se permite descender al mundo de los mortales, sino muy de cuando en cuando. Conseguir una entrevista con el héroe del Concierto de Colonia es tarea de titanes que bien puede terminar como el rosario de la aurora. Acaba de publicar Río, su nuevo disco, en el que regresa al formato del piano solo. "En Brasil aprendí algo muy importante: al mundo occidental-civilizado-sofisticado, le falta frescura. Sin embargo, los que vinieron a escucharme en Río estaban realmente vivos. Yo me sentía en algún lugar en el sur, entre medias de la música española, brasileña y portuguesa".

Pregunta. ¿Estamos ante un nuevo Keith Jarrett?

"Tocar solo es absorbente: es como si yo fuera tres personas a la vez"

Respuesta. No lo sé. Tienen que funcionar muchas cosas en un concierto para que ocurra algo preciso, y todas estas cosas han concurrido en un momento y un lugar en mi vida. Sería estúpido presuponer que algo así pasará de nuevo porque sí. Sería como si yo tuviera que competir conmigo mismo, y yo no siento que pueda competir con Río. Todo lo que se escucha en el disco ha sido improvisado, pero incluso a mí me cuesta creerlo.

P. Visto desde fuera, resulta difícil imaginarse qué puede estar pasando por la cabeza de alguien que está creando sobre la nada.

R. Es algo extraño... en este caso, hay un elemento añadido, y es que seis meses antes conocí a una mujer en Japón. Se había caído por las escaleras y se había estampado contra la pared... ese mismo día le pedí que se casara conmigo. Me ha cambiado la vida, me ha ayudado a relajarme. Y cuando te relajas, te muestras más abierto. Habitualmente estoy demasiado tenso para permitir algo así. Me cuesta abrirme. Entonces, cuando vi la respuesta tan entusiasta de la audiencia en Río, pensé: "No tengo nada que temer". Dejé que la música brotara por sí misma. El resultado es que mi nivel de estrés era mucho menor al habitual en este tipo de conciertos. Pienso que es lo mejor que he hecho nunca, sinceramente.

P. Suele hablar de la "exigencia física" de tocar solo.

R. Tocar solo es algo absorbente. Es como si yo fuera tres personas diferentes, una está escuchando, una está tocando y la tercera está creando. Parte de mí está completamente inmersa en la ejecución, la otra se preocupa por si la pieza está resultando demasiado larga o si estoy tocando algo inconsistente. Porque mis dedos a veces tocan cosas que no me gustan. Se puede hablar de una experiencia espiritual y emocional, pero el asunto en su conjunto es más misterioso de lo que nadie piensa.

P. En su último concierto en Barcelona dejó de tocar para recriminar a un espectador que hacía fotografías con el móvil.

R. Es algo terrible. Vivo en el campo y no tengo que vérmelas demasiado con el mundo moderno, pero cuando viajo estoy constantemente en shock. He tocado muchísimas veces en el Carnegie Hall, pero solo la última vez hicieron su aparición los fotógrafos con los móviles... solo puedo decir cosas negativas sobre todo esto.

P. ¿Qué opina de la crisis que ha llevado a sus compatriotas a ocupar Wall Street?

R. La avaricia siempre gana, pero eso no significa que debamos emprenderla a golpes. No sé si creo demasiado en las manifestaciones en la medida en que significan una vuelta a la mentalidad de masas. Por lo que a mí se refiere, pueden ir a donde sea pero, si algo empieza con un tuit, me entran dudas sobre lo que pueda resultar.

P. ¿Qué sería lo contrario a mentalidad de masas?

R. La conciencia individual. Ahí es donde el arte es muy importante, porque es uno de los pocos medios de expresión completamente personal que puede afectar a los demás. Al final, podremos tener éxito con la economía, y todo el mundo podrá tener su iPhone, y no habrá más desempleo, y, sin embargo, todavía habrá algo que no funcione.

P. Su próximo disco es una vuelta a los standards. Sorprende que todavía encuentre inspiración en ellos.

R. Cuando formé el Standards Trio, Gary (Peacock) me dijo: "No sé, interpretar todas esas canciones que he tocado 500 veces no suena como lo que de verdad me apetece hacer". Así que me senté con él y con Jack (DeJohnette), y les dije que íbamos a tocar una música que es parte de nosotros mismos, pero que la íbamos a utilizar como un vehículo para manifestarnos como somos. Lo importante es entender que el material con el que vamos a trabajar somos nosotros mismos, no las canciones.

P. ¿Qué siente cuando alguien como Brad Mehldau le reconoce como su principal fuente de inspiración?

R. Me parece genial (risas). No me da miedo reconocer que algo mío es bueno, no soy un cobarde. Si lo fuera, diría que es una tontería, que soy un pianista como cualquier otro, etcétera, pero no lo creo. Tengo que ser honesto conmigo mismo. Creo que he creado algo en un formato que nadie ha utilizado antes, y eso me otorga algún crédito.

El pianista Keith Jarrett, en el Teatro Real.
El pianista Keith Jarrett, en el Teatro Real.JAVIER DEL REAL

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