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Pajín avisa que no permitirá "trocear ni hacer negocio" con la sanidad pública

La ministra carga contra el proyecto de Salud para segregar el ICS

El plan del Gobierno de CiU que prevé dividir el Instituto Catalán de la Salud (ICS) y abrir la actividad de la veintena de filiales resultantes al capital privado ha hecho saltar las alarmas en el Ejecutivo central y el tablero político nacional. La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, advirtió ayer de que su ministerio no permitirá que ninguna Administración autonómica "trocee" la sanidad pública "para hacer negocio con ella". La ministra, que se manifestó "rotundamente" en contra de los planes de la Generalitat, alertó de que decisiones de este tipo "están pasando el límite admisible" para los ciudadanos.

La postura del Gobierno central se queda por ahora en un aviso "porque oficialmente las intenciones del Gobierno no están sobre la mesa", precisó Pajín a la agencia Efe en alusión al documento interno de la Generalitat revelado por EL PAÍS. El contenido de ese plan, queda claro, no gusta un pelo al Ministerio. "No creo en absoluto que se pueda ni que se deba trocear la sanidad pública", insistió Pajín sobre los planes del Departamento de Salud dirigido por el consejero Boi Ruiz.

"A los ciudadanos no les preocupa si hay capital privado", sostiene Boi Ruiz
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El proyecto de la Generalitat suscitó también el rechazo del portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien reclamó al Gobierno central que intervenga ante la posibilidad de que la Generalitat abra la puerta al capital privado en las empresas que se deriven del ICS. "Va en contra de la Ley General de Sanidad y, por tanto, la alta inspección del Estado y el Gobierno deberían recurrir esta decisión del señor Mas", reclamó. "Cuestiona principios fundamentales como el de universalidad, accesibilidad, gratuidad y gestión pública. Es una medida que el Gobierno debe recurrir", insistió.

El Departamento de Salud ha admitido que prepara una descentralización del ICS dotando a los distintos centros públicos de una personalidad jurídica propia. Ello supone dividir la mayor empresa pública catalana -400 centros sanitarios y más de 40.000 trabajadores- en filiales en principio públicas pero abiertas todo tipo de acuerdos, incluso accionariales, con el capital privado. A pesar de que el informe de Salud ahonda en la creación de empresas mixtas, de alianzas y consorcios con entidades públicas y privadas y de convertir a los profesionales en accionistas, ayer Salud siguió sin admitir por completo el contenido del texto. "Niego con contundencia que haya planes para desmantelar el ICS o para que entre capital privado", defendió ayer el secretario de Estrategia y Coordinación del Departamento de Salud, Francesc Sancho.

El sindicato CC OO consideró "completamente insuficientes" esas explicaciones y recordó al Gobierno que si sus intenciones son las que dice no tiene por qué cambiar la ley de 2007. "Solo sería necesario si el Gobierno tuviera un programa oculto cuyo objetivo fuera trocear el ICS para, posteriormente, ponerlo en manos de intereses privados", aseguró el sindicato en un comunicado. CC OO se opuso a la entrada de capital privado en el ICS y recordó que las entidades de base asociativa (EBA) son una forma para hacerlo, puesto que son sociedades limitadas.La candidata del PSC por Barcelona y ministra de Defensa, Carme Chacón, también arremetió contra la nueva estructura que propone la Generalitat. "Hay quien cree que la sanidad es un derecho y otros, un negocio", advirtió en una entrevista en Radio 4. "La derecha ha encontrado en la crisis una oportunidad con fines lucrativos. Pero la sanidad es una línea roja, al igual que la educación", destacó la candidata socialista. El expresidente Felipe González, por su parte, advirtió desde Madrid que este sistema puede acabar convirtiendo "en un mercado" el sistema sanitario.

González puntualizó que la política de recortes que aplica el Gobierno catalán, centrada en servicios públicos asistenciales, amenaza el modelo histórico de sanidad pública. "Lo que más me preocupa es la propuesta de dividir en sector privado y público la sanidad", señaló. "Este país está muy avanzado en células madre, en investigación... Por favor, no destrocen eso, no lo hagan", concluyó.

El consejero Boi Ruiz, por su parte, reclamó en otro contexto que no se le conceda tanta importancia a la colaboración del sector privado en las empresas públicas. "A los ciudadanos les preocupa muy poco, nos tiene que preocupar a nosotros como instrumento para mejorar la eficiencia", señaló en un debate sobre la sanidad pública celebrado en Esade. "A la gente de la calle le preocupa que el sistema sanitario le cure, que le traten bien y que le atiendan rápido y gratis. Lo demás es ruido", precisó durante el encuentro.

Horas después, un millar de empleados del sector sanitario se concentraron ante la sede del Departamento de Salud para ensordecer a los trabajadores con pitos, bocinas y gritando consignas en contra de los recortes. No fue la protesta más numerosa de las celebradas hasta ahora contra los ajustes, pero sí la primera concentración unitaria convocada por toda la sanidad pública. Los sindicatos están molestos porque las negociaciones con el ICS para abordar el recorte salarial de la plantilla con que Salud aspira ahorrar 45 millones de euros siguen congeladas.

Los manifestantes se concentraron ante la sede, custodiada con fuerte presencia de los Mossos d'Esquadra, para entregar un manifiesto crítico con la hipotética partición de la sanidad pública catalana. "La Generalitat está decidida a trocear el ICS y venderlo en pequeñas dosis a los grupos privados para obtener beneficios a costa de la sanidad pública", denuncia el texto que registraron en Salud. Después se lanzaron a cortar la avenida Diagonal hasta alcanzar la residencia del presidente, Artur Mas, que abandonaron poco después sin incidentes. "Nos vamos", señalaron varios manifestantes. "Pero volveremos".

Con información de Maiol Roger

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