Maná en su tercera dimensión

Aterrizó ayer Maná en España con sus galones bien merecidos de banda latina global: con su rock cargado de ritmos hábilmente pirateados desde el Caribe a la Patagonia, sus alaridos románticos y sus himnos raciales calentaron el césped del primer espacio que conquistaron en Murcia.

Los alrededores de la Vieja Condomina se fueron llenando hacia las ocho de la tarde de ayer de seguidores del grupo mexicano. Empezaba la gira española del grupo después de haber llenado 20 plazas en Estados Unidos el pasado mes de julio para lanzar su disco Drama y luz. Anoche ofrecieron un espectáculo generoso en el que se colaron a cantar entre el público, entregados a los fans, con 20 temas que mantuvieron al respetable en pie y bailando durante dos horas y media. Eso sí, las 14.000 personas tuvieron que aguardar unos 40 minutos más allá de la hora prevista debido a problemas técnicos con un generador.

El 'tour' también llegará a Barcelona y Madrid, donde no tocaban desde 2007

Llegaba Maná con su muy personal cóctel de rock and roll y corrido, de salsa y balada, de reggae, rancheras, ska y nuevos toques góticos en canciones como Sor María o El espejo -basadas en historias truculentas de amores y sacrificios en monasterios- que destacan de su nuevo trabajo y que alternaron con los éxitos de siempre: desde El muelle de San Blas, Clavado en un bar, Déjame entrar o Mariposa traicionera a Corazón espinado, que calentaron bien el ambiente ya de por sí abrasado a más de 30 grados en la ciudad levantina.

Para el primer concierto estuvo bien a punto la parafernalia. Los 150 trabajadores -50 fijos de ciudad en ciudad, otros 100 contratados en cada parada y algunos con más de 20 años al servicio de la banda para mover las 85 toneladas que cargan nueve tráileres- se pusieron en marcha.

Sobre el escenario destacaba la batería con 12 platillos y rodeada de dragones que Álex González exprime en cada concierto: el músico utiliza 10 baquetas, rompe dos o tres por show y regala cuatro o cinco al público. En cada esquina reposaban las 20 guitarras que Sergio Vallín y Fher Olvera tocan a lo largo del espectáculo del cuarteto que también compone Juan Calleros (bajo).

Minutos antes descansaban en sus camerinos. Olvera junto a sus imágenes icónicas, sus velas y sus camisetas de la selección mexicana. Álex González con sus hijas, sus calaveras, su equipo de televisión en el que ve conciertos para inspirarse, sus vírgenes, sus diablillos y sus monigotes de South Park.

En cada lugar invitaban gustosos a un trago de Tequila. Pero ven difícil en esta gira batir la marca del producto nacional mexicano que lograron en un concierto de Las Ventas, en Madrid, donde según Jorge Reyes, encargado de toda la logística del tour, se bebieron entre todo el equipo 205 botellas. "No fue el récord de nuestras giras", dice quien lleva 28 años con Maná, "fue el récord mundial. No creo que se haya bebido más tequila en una sola noche nunca".

Han bajado aquella altísima media, pero para no desmerecer cargan un par de cajas con 48 botellas, por si las moscas. Las pasearán hoy por Málaga, donde recalan antes de dirigirse a Madrid, Bilbao, Oviedo, Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria y Tenerife. Es la esperadísima reaparición de Maná en España después de 2007, cuando llenaron varias plazas tras el lanzamiento de su disco Amar es combatir.