Amazon.es llega a España, pero sin la venta de libros electrónicos

Estaba en inglés, japonés, alemán, francés, portugués, italiano y chino. La falta de un Amazon en español era una incongruencia ante un mercado potencial de 500 millones de castellanohablantes. A partir del jueves, 15 de septiembre, se abre la versión española del almacén Amazon, cuya punta de lanza son los libros, que comenzó a vender a través de Internet allá por 1995.

A falta de las explicaciones oficiales que proporcione el próximo miércoles Greg Greeley, vicepresidente de la división europea, a través de fuentes editoriales se sabe que la tienda se inaugura pero solo para venta de objetos físicos: libros de papel, música, películas y electrónica.

Durante un año, Amazon ha estado comprando stock a los distribuidores españoles para poder ofrecerlos en la web, mientras se van añadiendo editoriales al acuerdo de la venta por web del libro de papel como Random House Mondadori y Santillana, que extiende el acuerdo a los libros de otras lenguas traducidos al castellano.

Desde la aparición de Kindle el valor de la empresa se ha quintuplicado

Si lo físico ya se comprará a partir del día 15, lo virtual deberá esperar, pero no mucho. Antes de final de año ya estará en marcha todo el fenómeno Kindle y su catálogo de libros. Los precios, a diferencia de Estados Unidos o Reino Unido, no serán más bajos en la web que en la tienda física. La diferencia es que en esos países no hay precio fijo del libro, y aquí, sí. Y se mantendrá esa política.

El contrato entregado a las editoriales para las descargas estipula que los libros digitales se tienen que vender un 30% más barato. Amazon recomienda que los libros cuesten entre 9 y 11 euros, pero serán las editoriales quienes digan qué libros ponen a la venta, si a la vez o no que las novedades en papel y a qué precio. De los 900.000 libros del catálogo de Estados Unidos, 800.000 cuestan menos de 10 dólares (unos seis euros). Aparte del castellano, Amazon.es tendrá catálogo de obras en catalán, gallego y vasco.

La librería virtual, que nació en julio de 1995 en Seattle, ya distribuía a 45 países a los 30 días de vida. Poco después empezó a comercializar discos compactos, material electrónico... Tras pasar distintas crisis, provocadas por los costes de distribución y el escaso margen comercial, creó el lector de libros electrónicos Kindle en noviembre de 2007. Costaba 400 dólares (unos 320 euros), tres veces más que el precio actual.

Si en el caso de Apple hay un antes y un después del iPod; en Amazon, aunque no tan acusado, ocurre lo mismo con el lector electrónico Kindle. En 2007, unos meses antes de que saliera Kindle la acción de la compañía cotizaba a menos de 40 dólares, hoy está por encima de los 210. Se ha multiplicado cinco veces (la de Apple desde el iPod 100 veces). Y la compañía, que en la crisis de 2000 vivió momentos delicados, ahora crece de forma sostenida. Un 50% en el último semestre.

El aparato se completó con el mejor catálogo de libros virtuales, repitiendo un ecosistema que utilizaba con éxito Apple para la venta de música (iPod-iTunes).

A partir de ahí la compañía amplió su estrategia para que lo fundamental no fuera el aparato sino el software, el programa que permitía descargarse libros. No era necesario un Kindle para comprar obras electrónicas de Amazon. Se puede hacer desde un móvil inteligente, desde una tableta Android o desde un aparato Apple.

Su táctica ha sido un éxito y, aunque las cuentas de la compañía son bastante opacas, sus beneficios por venta de libros electrónicos son mayores que por venta del Kindle.

Este año ha estrenado la modalidad de alquiler de libros de texto, donde se paga solo por el tiempo que se usa y que suponen rebajas de hasta el 80% sobre el precio de venta al público. "Vivimos el mayor crecimiento de la década", proclamó Bezos en la presentación de resultados de finales de julio.