El cine: la otra cantera
La Escuela de Cine de Catalunya (ESCAC) empieza a parecerse a La Masía, la célebre cantera del Barcelona que tanta dicha sigue dando a los culés (y al resto de los aficionados al fútbol). Su éxito más reciente es una película colectiva, Puzzled Love. La han rodado los 13 alumnos de cuarto curso del año pasado, y les ha salido tan bien que va a estrenarse en la sección Zabaltegi del Festival de Cine de San Sebastián. Ya antes habían salido de sus aulas algunos reputados directores de fotografía -Xavier Giménez y Eduard Grau-, un montón de profesionales (sonido, guion, efectos especiales...) que por su calidad ya se han llevado distintos goyas a casa y notables directores, como Roser Aguilar, Mar Coll, Javier Ruiz Caldera, Guillem Morales, Elena Trapé y, el más exitoso de todos ellos, Juan Antonio Bayona.
No olviden los nombres. Algunos de ellos han participado ya en prestigiosas producciones internacionales y los otros irán conquistando con el tiempo esa gloria que, en el terreno futbolístico, ya hicieron suya Messi, Xavi, Iniesta, Cesc, Busquets, Puyol, Valdés y todo el resto de jugadores que proceden de La Masía, esa escuela que ha mimado a sus pupilos para ayudarlos a crecer.
De la promoción de Bayona, la de 1995, es también Kike Maillo, que ha dirigido Eva, una película de ciencia-ficción que se estrena el lunes en el Festival de Venecia (sección oficial, fuera de concurso), y Lluís Segura, el profesor que ha coordinado a los canteranos que han rodado Puzzled Love. Son 13, tantos como los meses que dura la relación amorosa entre dos estudiantes erasmus que coinciden en Barcelona, y que la película recrea.
Trece directores, 13 meses, 13 estilos, y un objetivo: que haya química al contar la pasión de esos dos jóvenes que se aman y terminan por separarse. Uno cuenta su trozo como si fuera un documental y el siguiente le da un aire de comedia de situación y el otro va por ahí como loco con una webcam... Y así, cada cual va haciendo suya la historia. El secreto está en unir los talentos diferentes para construir un proyecto común, de la misma manera que lo hicieron aquellos muchachos de La Masía con un balón. ¿Cuál es la fórmula de la ESCAC? Pues una muy simple: rodar y rodar y rodar. Como los del Barcelona: jugar y jugar y jugar.
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