Farías Gómez, renovador de la música popular argentina

Fue un revolucionario de la música popular argentina, como le gustaba llamarla. Chango Farías Gómez, que detestaba la palabra folclore, falleció el pasado miércoles en Buenos Aires, a los 73 años y después de padecer una afección pulmonar. Farías Gómez ganó fama y reconocimiento en Argentina por haber incorporado al folclore la polifonía vocal, las guitarras eléctricas, la batería, los teclados y el mestizaje con la música peruana, la afrocubana y la bossa nova.

Juan Enrique Farías Gómez había nacido en 1937 en Buenos Aires, en el histórico barrio de San Telmo, en el seno de una familia de artistas de la provincia de Santiago del Estero, una de las cunas del folclore argentino. Desde pequeño en su familia lo apodaron Chango, como se les llama a los niños en el noroeste de Argentina. Desde siempre innovador, comenzó a renovar el género popular en 1961 con el disco Folklore argentino, de su grupo Los Huanca Hua, que se ganó amigos y enemigos por sus armonías vocales y onomatopeyas. El gran maestro Atahualpa Yupanqui reaccionó ante la creación de Los Huanca Hua, donde participaban también dos hermanos de Chango, Pedro y Marian: "Un conjunto vocal es un muchacho buen mocito que canta adelante en el escenario, y cuatro atrás que le hacen burla". Sin embargo, tiempo después elogió a Chango: "Es capaz de ponerle mostaza a la tira de asado. Pero a él le sale bien".

Militante peronista, debió exiliarse en España tras el golpe militar de 1976

En la década de los sesenta hizo los arreglos de percusión para la Misa criolla, del músico Ariel Ramírez y el historiador Félix Luna. También formó el Grupo Vocal Argentino. En los setenta integró un trío con el bandoneonista Dino Saluzzi y el guitarrista Kelo Palacios. Militante peronista de toda la vida, debió exiliarse en España tras el golpe militar de 1976. Después emigró a Francia, donde grabó un disco de vanguardia telúrica con otros dos argentinos, el bandoneonista Juan José Mosalini y el pianista Gustavo Beytelman. En 1982, Chango regresó a su país y al año siguiente grabó con su hermana Marian y el pianista Manolo Juaréz el disco Contraflor al resto. En 1986 revolvió otra vez el folclore argentino al utilizar no solo guitarras españolas sino también eléctricas, al sumar batería al clásico bombo y al incorporar los teclados. Lo hizo con la formación Músicos Populares Argentinos (MPA), junto a destacados artistas como Verónica Condomí y Peteco Carabajal.

En 1989, el nuevo presidente argentino, Carlos Menem, peronista de derechas, lo nombró director de Música del Gobierno, cargo desde el que creó el Ballet Folklórico Nacional. En 1992 dejó la función pública y tres años más tarde grabó con el grupo La Manija Rompiendo la red, la obra en que mezcló el folclore argentino con el de otros países latinoamericanos y recordó las raíces africanas de parte de la música local.

En 2003 grabó su primer disco como solista. Farías Gómez prefería y disfrutaba más de la reunión con amigos. Ese mismo año volvió a meterse en política: al igual que otros peronistas, apoyó al conservador Mauricio Macri en su candidatura a alcalde de Buenos Aires y él fue elegido legislador de la capital. Pero al poco tiempo hizo un curioso cambio de grupo y se pasó al kirchnerismo, es decir, al peronismo de izquierdas. En 2007 dejó el Parlamento porteño y se postuló para el Congreso nacional, pero no logró los votos suficientes.

La cantante Mercedes Sosa lo convocó en 2005 para que le produjera el disco Corazón libre. Farías Gómez tocó hasta la semana pasada. En los últimos tiempos lo hacía con la numerosa Orquesta Popular de Cámara y quería grabar el disco Música clásica argentina. Innovador hasta el final.