Los rebeldes libios dicen rodear los accesos a Trípoli
Los insurgentes controlan Zauiya y aseguran haber tomado Zlitan, una ciudad clave al este de la capital
Los rebeldes libios aseguraron ayer que controlan los accesos a Trípoli, la capital del país, tras haber conquistado los principales enclaves que rodean el feudo de Muamar el Gadafi por el este, el oeste y el sur. Al norte, el mar está patrullado por la OTAN.
Con miles de libios abandonando Trípoli, y con noticias de nuevas deserciones en las filas del régimen, el dominio del coronel Gadafi sobre el país que ha gobernado durante 42 años parece cada vez más débil. Abundan los rumores de que se prepara para huir, que son desmentidos acto seguido por sus portavoces.
En la tarde de ayer, las fuerzas rebeldes lograron expulsar a las tropas gadafistas del puerto petrolero de Zauiya, cuya refinería abastece de combustible a Trípoli. Después de una semana de duros combates, los vecinos salieron a festejar en la plaza principal.
Sabha, en el sur del país, y Sirte, en la costa, no se han unido a la revuelta
La cadena árabe Al Yazira informó de que Zlitan, un enclave crucial a 150 kilómetros al este de Trípoli, también había caído en manos de los insurgentes. Además, la oposición capturó hace unos días Garyan, la puerta de salida al sur. Más al este, los rebeldes anunciaron que habían tomado algunos barrios del puerto de Brega, que ha cambiado de manos muchas veces desde que comenzó el levantamiento, el pasado febrero,
"Está claro que la situación está evolucionando en contra de Gadafi", declaró ayer Jeffrey Feltman, vicesecretario de Estado de EE UU, tras reunirse con los líderes rebeldes en su bastión de Bengasi, en el este del país. "La oposición continúa logrando avances sustanciales sobre el terreno, mientras las fuerzas del régimen están más débiles". Los dirigentes de la oposición compartían el optimismo. "Todos los elementos indican que el final está muy cerca", declaraba Mustafa Abdel Yalil, jefe del Consejo Nacional de Transición.
Pero la guerra está lejos de acabar. En los pasados seis meses, los rebeldes se han mostrado incapaces de conservar el territorio conquistado, que a veces han controlado durante apenas unos días. Las fuerzas del régimen combaten con fiereza en las afueras de Zauiya, y en Brega todavía mantienen el control de la refinería.
Trípoli, si bien está bajo presión, sigue siendo un bastión de Gadafi, al igual que Sirte, una ciudad costera en el este que impedirá el avance rebelde hacia la capital. En el sur, Sabha también es leal al régimen.
Sin embargo, con los rebeldes rodeando virtualmente Trípoli y la OTAN bombardeando la ciudad desde sus posiciones en el Mediterráneo, los habitantes de la capital se sienten cada vez más bajo asedio. Las principales rutas de abastecimiento están cortadas, la electricidad y el combustible escasean y la criminalidad aumenta.
En Zauiya, a pesar de que las fuerzas de Gadafi continuaban ayer lanzando fuego de artillería desde sus posiciones, a unos 10 kilómetros, los habitantes comenzaron a salir de sus casas en medio de un paisaje apocalíptico. La céntrica plaza de los Mártires presentaba graves daños y las señales de una retirada apresurada. Tres cuerpos, que los vecinos identificaron como soldados de Gadafi, yacían en la hierba. La plaza estaba sembrada de utensilios de cocina, ropas militares e incluso un chaleco antibalas abandonados por las tropas leales al régimen. Alrededor de la plaza, los edificios estaban llenos de agujeros de balas y cohetes, un hotel estaba muy dañado por el fuego y un edificio gubernamental se había hundido.
Al final de la tarde, grupos de jóvenes irrumpieron con sus vehículos por el centro de la ciudad, derrapando, haciendo sonar los cláxones y rechinando los neumáticos para celebrar la victoria. Un hombre observaba desde una esquina de la plaza y sacudía incrédulo la cabeza: "Lo juro por Dios", dijo, "la libertad es maravillosa".
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