_
_
_
_

América del Sur hace frente común contra la crisis

La amenaza al crecimiento económico impulsa la ansiada integración regional

Alejandro Rebossio

La integración latinoamericana siempre ha sido más evocada que concretada. Esta vez, la tormenta financiera que azota EE UU y la eurozona, y que ha contagiado a todo el mundo, ha impulsado a los países sudamericanos a unir fuerzas para evitar que los efectos de la crisis puedan frenar un crecimiento económico que, pese a las turbulencias financieras que sufren los mercados internacionales, alcanzó el 6% el año pasado. A instancias del presidente de Colombia, el conservador Juan Manuel Santos, sus homólogos de la región, la mayoría de diferentes izquierdas, han movilizado a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), una organización hasta ahora de carácter solo político, para coordinar políticas de defensa ante otra recesión mundial.

Unasur coordina las iniciativas y se refuerza como foro continental

El pasado viernes, en Buenos Aires, quedó constituido el Consejo Sudamericano de Economía, el equipo que definirá en las próximas semanas acciones para incentivar el comercio en la región, coordinar el uso de las reservas monetarias y fortalecer las instituciones financieras regionales.

Se han formado comisiones de trabajo para analizar la ampliación de un Fondo Latinoamericano de Reservas, que pueda rescatar a países en dificultades, como pueden llegar a ser Perú y Ecuador; la eliminación del dólar del comercio regional (algo que aplican con escaso éxito Argentina y Brasil); el fomento de los intercambios entre los países miembros y el apoyo a las instituciones de crédito sudamericanas, como la Corporación Andina de Fomento y el nunca concretado Banco del Sur, en detrimento del criticado Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dominado de hecho por EE UU. "La economía era una de las áreas más difíciles a la hora de obtener consensos en Unasur por la diversidad ideológica. Logramos hoy un paso histórico", afirmó el viernes la secretaria general de Unasur, la colombiana María Emma Mejía.

Hasta ahora, Sudamérica había logrado capear la crisis económica que afecta a los países ricos, principalmente porque su crecimiento depende más de la demanda china de sus materias primas (agrícolas, minerales y energéticas), que se ha mantenido alta. Además, los bajos tipos de interés de Estados Unidos han llevado a muchos inversores a buscar mejores rentabilidades en mercados emergentes, como Brasil.

Sin embargo, organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), han empezado a advertir del peligro de que la crisis llegue a la región. La inflación comienza a ser un problema, y no solo en Argentina y Venezuela. Países como Brasil han adoptado medidas para evitar que la apreciación de su moneda -debido al ingreso de capitales del exterior- deteriore la competitividad de la industria y los servicios (sectores que ya registran una baja productividad).

Además, existe el riego de que la crisis en EE UU y la zona euro acabe impactando en China y, por tanto, en la demanda de las materias primas del gigante asiático. La mayoría de los países de la región dependen de sus recursos naturales para ingresar dinero y una reducción de la demanda china incrementaría sin duda los déficits públicos, que, en los casos de Colombia, Ecuador y Venezuela, superaron el 3% del PIB en 2010.

Todas estas amenazas llevaron a que en la última cumbre de Unasur, a finales de julio en Lima, Santos levantara la voz. "Están destruyendo nuestra capacidad de generar más empleo y, al mismo tiempo, Latinoamérica está sentada sobre unas reservas de 700.000 millones de dólares [491.000 millones de euros] que están perdiendo valor con la crisis", dijo Santos, según publicó el periódico argentino Página/12.

"No puede ser que los capitales entren y salgan y que nos perjudiquen a todos, porque cuando no consiguen ventajas especulativas en un país las terminan obteniendo en otro. Tenemos que hacer algo juntos y pensar medidas entre todos para defendernos", alegó el presidente de Colombia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, apoyó la iniciativa.

En sus tres años de vida, Unasur había intervenido para solucionar un conflicto entre Colombia y Venezuela, para respaldar la democracia en Ecuador y Bolivia y para evitar que EE UU usara bases militares colombianas, pero no había progresado en lo económico porque los países del Pacífico (Colombia, Perú, Chile) son más liberales y los del Atlántico (Venezuela, Brasil, Argentina), más proteccionistas.

La crisis internacional los ha unido. El ministro de Economía argentino, Amado Boudou, aclaró que no se adoptarán "medidas rimbombantes", que "los países de la región se encuentran muy bien preparados para enfrentar la crisis" y que pueden convertirse en uno de los motores del crecimiento de la economía mundial. Su homólogo brasileño, Guido Mantega, es menos optimista: "Nos tenemos que preparar también para una crisis más larga de los países avanzados".

Los ministros de Economía de Chile, Brasil y Argentina, el viernes en Buenos Aires.
Los ministros de Economía de Chile, Brasil y Argentina, el viernes en Buenos Aires.D. GARCÍA (AFP)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_