Merkel sostiene que el euro es "digno de cualquier esfuerzo"
La canciller declara al final del curso político que Europa es su "pasión"
La canciller Angela Merkel llegó de Bruselas cargada de optimismo europeísta. En su última conferencia de prensa del curso político, la democristiana repartió sonrisas veraniegas desafiando al mal tiempo berlinés y a la más que probable rebaja de la calificación de Grecia por parte de las principales agencias de evaluación de riesgo. Y enfrentándose, al mismo tiempo, al miedo de muchos alemanes por el futuro de su dinero. "El euro es bueno para Alemania", dijo Merkel en defensa del paquete de rescate de 109.000 millones de euros aprobado el jueves. Confía en que el riesgo que asume el erario público alemán con su contribución sea "controlable". Sin embargo, reconoció que "solo al final se podrá conocer el resultado".
La implicación del sector privado en el rescate griego es un éxito de sus tesis
Las conferencias de prensa que ofrece Merkel cada verano están siempre abarrotadas, pero ayer la atención era todavía mayor de lo acostumbrado. La canciller festejó el éxito de la cumbre de Bruselas asegurando de nuevo que su "pasión es Europa". Si bien, según reconoció, se trata de "una pasión merkeliana". En contra de lo esperado, explicó que este tipo de pasiones son "intensas". Defendió Merkel la tan criticada parsimonia de sus decisiones europeas asegurando que, "si bien es comprensible que la gente ansíe ver pasos espectaculares", actuar así sería "políticamente irresponsable". Pero el euro, dijo "es digno de cualquier esfuerzo, en un proceso paulatino y controlado".
La canciller alertó también contra el uso de expresiones como "reestructuración de deuda" en el caso griego, ya que "en la Unión Monetaria nunca se ha puesto en práctica un proceso de verdadera reestructuración" de un Estado. Merkel dijo ayer confiar en que los bancos asuman su parte del costo del rescate griego y recordó que "un compromiso voluntario es lo que es: no se puede asegurar por ley". Las vacaciones estivales -que Merkel afirmó que no pasará en Bruselas- marcan el final del peor curso político pasado por la canciller en los seis años que lleva gobernando. La coalición de centro-derecha con los liberales del FDP no sale de su crisis permanente desde que comenzó en 2009. Las críticas externas e internas por su gestión de la crisis del euro alcanzaron su punto álgido en las vísperas de la cumbre de Bruselas, después de que Merkel se negará a celebrar una reunión parecida la semana anterior.
Pese a que Merkel ha cedido en diversos puntos del acuerdo final, la implicación del sector privado en el rescate es un éxito sustancial de la canciller y de su ministro de Hacienda, el también democristiano Wolfgang Schäuble (CDU). También puede interpretarse como un éxito de Schäuble, incluso sobre las posturas de la canciller al comienzo de la crisis, que el Fondo de Rescate europeo (EFSF) obtenga nuevas funciones que le permitirán actuar de forma preventiva.
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