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Análisis:ANÁLISIS | Escándalo en Reino Unido
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

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David Cameron se encuentra en la coyuntura en la que ningún político quiere estar: se ve obligado a asumir la responsabilidad de acontecimientos sobre los que ahora no tiene ningún control. El escándalo sobre las actividades ilegales del grupo News International ya ha afectado a algunas de las instituciones del Estado y la extensión de la crisis se resumía en el Parlamento anteayer cuando una comisión de diputados interrogaba a la policía en una sala mientras que, en otra sala a lo largo del mismo pasillo, otra comisión de diputados cuestionaba a los Murdoch, padre e hijo. Y ahora las preguntas se acercan a Cameron.

Una de las principales dificultades del líder tory en esta saga es que él no tiene toda la información y tampoco sabe qué más saldrá a la luz. Los asesores del primer ministro están muy preocupados: desean desesperadamente comenzar a controlar la situación. Pero, ¿cómo pueden hacerlo si no tienen todos los datos relevantes? La aportación de los Murdoch en su comparecencia anteayer no les ayuda mucho. Una y otra vez los Murdoch dijeron a los diputados que no sabían lo que había pasado o que no podían recordar algunos de los detalles cruciales. De repente, los altos dirigentes del mayor grupo de comunicación en el mundo tenían muy poco que comunicar. Y si los Murdoch no saben -o no pueden decir- lo que estaba pasando en su propia empresa, ¿qué posibilidad tiene el primer ministro de explicar los acontecimientos?

El líder 'tory' ha de confiar en que no salgan más datos que dañen su credibilidad
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Ayer fue el turno de Cameron para responder en el Parlamento a las preguntas de los diputados. Como era de esperar, el líder del Partido Laborista, Ed Miliband, se centró en la relación entre Downing Street, News International y el desacreditado periódico News of the World. Miliband quiso saber precisamente qué información tenía el primer ministro sobre Andy Coulson (su exjefe de comunicación), que había trabajado para News International y que ya está siendo investigado por la policía. Al parecer, el jefe de gabinete de Cameron decidió no informarle de las muchas inquietudes que otros periodistas y simpatizantes conservadores expresaban sobre Coulson desde hace casi dos años. ¿Por qué?

Los próximos meses serán un periodo incómodo para el máximo dirigente británico. El Gobierno ha puesto en marcha una serie de investigaciones independientes sobre el escándalo, y Cameron ha de confiar en que no salgan a la luz más datos que hagan aún más daño a su credibilidad. Si no puede controlar las noticias sobre News International, tiene que esperar a que la gente se aburra del escándalo y a que haya otras noticias que sirvan de distracción. Los posibles impagos por parte de Grecia y EE UU serían pésimas noticias para la economía mundial, pero sin duda distraerían a la opinión pública británica y eso podría salvar el pellejo político de Cameron.

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David Fred Mathieson fue asesor del ministro de Exteriores laborista Robin Cook.

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