La deuda se ceba en la costa
El final del auge de la construcción convierte a los municipios turísticos en los más endeudados de Cataluña - La falta de ingresos asfixia las arcas locales
Santa Susanna, Castell-Platja d'Aro, Cunit y Tossa de Mar son municipios de sol y playa, atractivos para los turistas. Pero sus vecinos son los que deberán afrontar las deudas más elevadas de toda Cataluña. Según las cifras publicadas por el Ministerio de Economía, las poblaciones con mayores problemas económicos son las de costa, debido, principalmente, al descenso de ingresos que provenían de la construcción.
Junto a esas localidades, también sufren penurias las poblaciones de menos de 2.000 habitantes por no poder hacer frente al mantenimiento de los equipamientos construidos en los años de bonanza. Con todo, el Gobierno catalán calcula que antes de acabar el año cerca de 200 municipios presentarán un plan de saneamiento.
"Ingresamos dinero de 28.000 vecinos, pero hemos de dar servicio a 100.000"
"No es el momento de subir impuestos. La solución pasa por ahorrar y ahorrar"
"Un pequeño pueblo no puede tener un gran parque si no lo puede mantener"
Los Ayuntamientos catalanes no estaban obligados hasta el año pasado a presentar sus balances a la Sindicatura de Cuentas, así que las únicas estadísticas sobre endeudamiento municipal son las que publica anualmente el Ministerio de Economía. Las cifras se elaboran a partir de la información facilitada por el Banco de España y refleja solo la deuda contraída con los bancos, pero no las facturas sin pagar que se acumulan en los Consistorios.
Según estas cifras ministeriales, los Ayuntamientos que cerraron 2010 con más deuda son Barcelona, Tarragona y Reus. Pero estas ciudades no son las que más preocupan a la Generalitat, porque "tienen capacidad para generar ingresos y devolver los créditos", afirman desde el Departamento de Gobernación. Caso aparte son las poblaciones pequeñas y medianas, que no disponen de recursos ni de margen de maniobra. EL PAÍS ha elaborado su propia estadística, añadiendo como variable la población, de manera que queda reflejada la deuda per cápita (véase el cuadro en la página 2).
La clasificación la copan los municipios costeros que en los últimos años han vivido de la construcción. Pero a partir de 2007, el grifo se les cerró. Un ejemplo es Sitges (Garraf), que en los últimos cuatro años ha visto cómo los beneficios de la construcción se han reducido el 90%, mientras que los gastos no han descendido al mismo ritmo. Pero los municipios turísticos también deben hacer frente a otro inconveniente. Sus servicios y equipamientos deben estar dimensionados y pensados para el volumen de turistas que absorben y segundas residencias.
"Ingresamos dinero de 28.000 ciudadanos, pero debemos dar servicio a 100.000", se lamenta de manera ilustrativa el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Sitges, Jordi Mas. No obstante, desde el Departamento de Gobernación aseguran que no se puede generalizar, ya que "muchos municipios turísticos han hecho los deberes y no están en la situación".A pesar de que los municipios de costa predominan en la clasificación, el municipio con más deuda per cápita de toda Cataluña es un pequeño pueblo de la comarca del Bages de 250 habitantes: Aguilar de Segarra. El Consistorio adeuda a los bancos 2,3 millones de euros, lo que supone una carga de 9.000 euros por habitante. El municipio ha impulsado recientemente el proyecto de restauración de un castillo medieval, por el que el Ayuntamiento deberá pagar, junto con la Generalitat un total de 600.000 euros, según el diario Regió 7. Como Aguilar de Segarra, hay muchas poblaciones de escasa población, en las que la deuda se dispara rápidamente cuando deciden emprender algún proyecto urbanístico
Pero en la zona alta de la lista también hay poblaciones medianas y capitales de comarca, como Vic y Reus. La capital del Baix Camp es el tercer municipio con más deuda bancaria de Cataluña. El nuevo gobierno local, en manos de CiU, ha encargado una auditoría de las cuentas municipales y prefiere no comentar el estado de la caja hasta conocer con detalle la gravedad de la situación.
Por su parte, Vic encara el déficit con otra actitud. Con un presupuesto anual de 40 millones de euros, la capital de Osona arrastra una deuda de 58 millones, solo en créditos. El Ayuntamiento, en cambio, defiende que tienen superávit y que el Consistorio está "saneado". Atribuyen la deuda a un problema de tesorería. "Hemos avanzado un dinero para hacer inversiones, que esperamos que nos devuelvan la Generalitat y el Estado", afirma una portavoz municipal.
La solución no es fácil. Según Núria Bosch, catedrática de Economía Política y Hacienda Pública de la Universidad de Barcelona, cada Ayuntamiento tiene sus particularidades y deberá analizar de dónde puede recortar, pero ahora "no es el mejor momento para subir impuestos; así, la solución pasa por ahorrar y ahorrar". Desde la Generalitat se apunta que cada Consistorio deberá "buscar soluciones imaginativas" y aconsejan a los municipios mancomunar servicios y "replantearse si pueden prestar algunos servicios. Un pequeño municipio no puede tener un parque enorme, porque no lo puede mantener". Estos son algunos ejemplos de las situaciones más graves.
- Cunit, en quiebra técnica. El municipio de Cunit (Baix Penedès) tiene declarada una deuda de 23 millones de euros con los bancos, a lo que hay que añadir 16 millones en facturas sin pagar, algunas desde 2008 porque "no hay dinero para abonarlas", reconoce la nueva alcaldesa, Montserrat Carreras (CiU). El balance contable del Ayuntamiento no cuadra. "Tenemos unos ingresos de unos 20 millones de euros anuales, pero gastamos 25", explica
Cunit es un ejemplo de municipio que ha dependido de las ganancias que generaba la construcción. "Los gastos fijos del municipio se han basado en unos ingresos
[originados por el sector del ladrillo] que no eran fijos", lamenta la alcaldesa, que califica la situación del Consistorio de "muy crítica". "Si fuéramos una empresa privada, podríamos decir que estamos en situación de quiebra", remacha.
- Sitges, 43 millones de deuda. Según los datos del Ministerio de Economía, la deuda bancaria del Sitges (Garraf) es de 36 millones de euros. El Ayuntamiento la cifra en 43 millones, ya que incluye la deuda que arrastran las empresas municipales. Otro varapalo para las arcas locales son los 22 millones de facturas sin pagar. Sitges es uno de los numerosos municipios a los que la burbuja inmobiliaria les ha estallado en la cara. En 2007, antes de la crisis, ingresaban cinco millones de euros anualmente en concepto de licencias de obras. Ahora, no llegan a los 500.000 euros.
El concejal de Hacienda de Sitges, Jordi Mas (CiU), reconoce que la situación es complicada. "No cumplimos ninguno de los tres requisitos básicos para tener un Ayuntamiento saneado: no tenemos un saldo positivo (gastamos cinco millones más al año de lo que ingresamos), superamos la ratio de endeudamiento ideal que es del 75% (la de Sitges es del 103%) y no tenemos remanente de tesorería (nos queda el 10% del presupuesto para pasar lo que queda de año)".
- Creixell, sin autobús urbano. Este municipio del Tarragonès, con poco más de 3.000 habitantes tiene una deuda bancaria de dos millones de euros. El nuevo alcalde, Jordi Llopart (CiU), añade siete millones en facturas sin pagar y 850.000 euros de deuda con la Seguridad Social y con Hacienda. El Consistorio ingresa 2,5 millones al año, pero gasta cerca de cuatro millones. O, lo que es lo mismo, unos ingresos de 210.000 euros mensuales y, por el contrario, unos gastos de 325.000. La situación del municipio es "insostenible", reconoce el alcalde.
El alcalde ha encargado una auditoría para conocer con más detalle la salud de las finanzas locales y apunta la causa de todos los problemas a la construcción de servicios y equipamientos que no se pueden mantener ahora. Llopart denuncia que en 2008, ya iniciada la crisis, se invirtió en la construcción de una residencia, un centro de día y dos edificios con 40 apartamentos tutelados cada uno.
La situación de ahogo del municipio ha llevado al alcalde a convocar una asamblea con los vecinos para explicarles la situación y avanzarles algunas de las medidas urgentes que se han de adoptar para recortar el gasto público. Una de ellas será suprimir el servicio de autobús urbano, que genera cada mes un déficit de 8.000 euros.
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