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Reportaje:

El turismo es la esperanza

Cataluña tendrá entre el 4% y el 8% más de visitantes este verano - Barcelona recibirá más de 30.000 'cruceristas' en un solo día

Cristina Delgado

Los turistas llegan este verano a Cataluña con un pan debajo del brazo. Este sector es el único en el que los brotes verdes han germinado al fin. Según diversos estudios y barómetros, la afluencia de visitantes crecerá entre el 4% y el 8%. Se espera batir el récord de llegadas al aeropuerto de El Prat y de cruceros en el puerto de Barcelona este verano. El empleo es el primer beneficiado de la buena marcha de las visitas, y aunque las cifras de ocupación del sector servicios están lejos de las de 2007, al menos dan un respiro a las oficinas del paro.

El turismo supone cerca del 12% de la riqueza de Cataluña. "La crisis no ha acabado en el sector, porque todavía no se han recuperado variables como las tarifas medias y el nivel de empleo previos, pero el turismo ha afianzado su papel motriz de la economía catalana", confirma Roger Serrallonga, director de la consultora Bric Global. Las perspectivas, señala, son especialmente buenas en Barcelona, "donde se vuelven a estudiar y firman proyectos hoteleros", asegura el consultor.

La UAB señala que este año llegarán 600.000 turistas más
Las revueltas en Túnez y Egipto han hecho crecer las reservas europeas
Los retos: adaptar los servicios y las instalaciones a la nueva demanda

Según el Índice de Actividad Turística de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el número de visitantes crecerá el 4,2%, es decir, en 600.000 nuevos turistas este verano. Otros expertos, como el profesor de Esade Josep Francesc Valls, creen que el aumento será incluso mayor, de hasta el 8%. La Asociación Catalana de Agencias de Viajes (ACAV) espera que las reservas para verano crezcan en Cataluña entre el 3% y el 4% a través de este canal. Y Catalunya Caixa augura que este verano visitarán Cataluña 16,5 millones de turistas, frente a los 15,8 millones de 2010.

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La buena marcha del año ha invitado a expertos y empresarios del sector al optimismo. Dejando de lado las previsiones, y con las cifras de mayo en la mano, lo cierto es que el turismo está en racha. La llegada de cruceristas a la capital catalana creció el 7,5% con respecto al año anterior y este verano, en agosto, se batirá el récord de desembarque en un solo día, pues se espera que 31.000 personas lo hagan en la capital catalana.

¿Por qué la alegría ha vuelto al turismo? Según la UAB, entre otras cosas, porque las economías de los países emisores de los que tradicionalmente proceden los turistas de Cataluña, como en el caso de Alemania o Francia, han mejorado. Pero también, por los conflictos vividos durante el invierno en países como Túnez y Egipto, que años atrás robaron visitantes que buscaban turismo de sol y playa más económico. Las revueltas árabes han hecho que alemanes e ingleses (de media, más previsores a la hora de reservar vacaciones) se decantaran por reservar destinos considerados seguros este año: Cataluña.

Según el barómetro de turismo que realiza la Comisión Europea cada año, este verano el 58% de los habitantes de la UE podría optar por destinos tradicionales y conocidos, frente al 54% de hace dos años. Josep Francesc Valls quita hierro, sin embargo, al efecto de los conflictos del norte de África en el impulso del turismo. "Es el resultado del trabajo bien hecho. En Cataluña se hicieron los deberes para lograr una mayor desestacionalización que en la Comunidad Valenciana o en Baleares", apunta. Aquí los extranjeros vienen buscando sol y playa, pero también visitas culturales. Por otra parte, abunda Valls, Cataluña ha logrado recuperar el turismo francés y británico, pero además, ha sumado el ruso, el holandés y el suizo.

No obstante, los expertos advierten de que la tendencia al crecimiento puede tambalearse si no se solucionan algunas debilidades. Para empezar, señalan, los precios no se han recuperado en zonas como la Costa Daurada y el Pirineo, por lo que aunque aumenten las visitas, los negocios pueden seguir sufriendo. El empleo que se está creando gracias al turismo es poco estable (de los nuevos puestos en junio, menos del 10% eran indefinidos). Hay que procurar también que el nivel adquisitivo de los turistas sea variado, y no concentrar solo oferta de bajo coste. En el caso de Girona y Reus, además, el año que viene las entradas por avión pueden sufrir complicaciones, si no se logra negociar la permanencia de la aerolínea Ryanair o no se captan nuevas compañías.

Además, si no se adaptan las instalaciones y los servicios al aumento de turistas y la nueva variedad de nacionalidades y tendencias, el año que viene estos optarán de nuevo por elegir otros destinos. "Los humanos tenemos memoria de pez. El año que viene los turistas ya no recordarán que en Túnez hubo revueltas, y si no encontraron en Cataluña lo que buscaban, se volverán a marchar", advierte Bruno Hallé, de la consultora Magma Turismo. En el caso de los cruceros, según señala Serrallonga, se han llevado a cabo grandes mejoras e inversiones, pero falta por lograr que el impulso de los cruceristas beneficie a más sectores, por ejemplo el del comercio. "La futura reglamentación en materia de horarios comerciales tendrá mucho que decir", apunta.

Los chinos no compran 'sol y playa'

El objetivo de Cataluña, señaló el Gobierno en 2010, es atraer 200.000 turistas chinos al año. El pasado verano, sin embargo, solo 100.000 visitaron algún lugar de España. ¿Por qué mientras que las visitas desde Rusia se han disparado, las del país asiático se resisten? Para empezar, porque los chinos no buscan ir a la playa. En ese país, como en otras partes de Asia, no está de moda broncearse. Y por eso muchos chinos, a la hora de elegir destino estival en Europa, se decantan más por París o Roma, ciudades sobre las que tienen una imagen más arraigada como destino cultural.

Además, señaló ayer el secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, en el foro España-China que se celebra en Barcelona estos días, que hay dos barreras para atraer a los turistas chinos: los visados y la falta de conexiones aéreas con China. Para que los asiáticos puedan visitar España es necesario que logren un visado, algo que no siempre es fácil. En Rusia, donde ocurría lo mismo, se ha logrado acelerar el proceso con personal extra en los consulados. "Ahora queremos trasplantar este sistema a China", dijo Mesquida, que recordó que España recibió el año pasado unos 102.000 turistas chinos, pero que los consulados españoles emitieron solo 42.000 visados, lo que significa que muchos de ellos optaron por tramitarlo para otro país de Europa y después visitar también España.

El problema, recordó el embajador de China en España, Eugenio Bregolat, es que entre los que piden visados para hacer turismo, se pueden colar personas que busquen entrar en el país de manera irregular. "La inmigración ilegal existe, y eso no lo podemos olvidar", recordó. La industria del turismo exige agilizar los visados, pero el Ministerio de Interior exige controlar la entrada de extranjeros. "Lo que hay que conseguir es aprender a distinguir el grano de la paja".

La mitad de los turistas rusos que cruzan la frontera de España, se decantan por visitar Cataluña. ¿Por qué? "Porque Cataluña instaló en aquel país una oficina de turismo 14 años antes de que lo hiciera el Estado. Este ejemplo demuestra que el trabajo de promoción funciona", zanjó Mesquida, que animó a seguir la misma técnica con China.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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