Becquerelios y atunes
Las noticias vuelan, se van, emigran, desaparecen, a veces regresan, pero lo normal es que no. Las noticias se instalan en nuestras cabezas como si fueran a quedarse a vivir en ellas y un día, cuando menos te lo esperas, abres los ojos y ves a una noticia extraña ocupando el puesto de la familiar. ¿Usted quién es? Yo soy la noticia del día. La noticia del día, si es muy longeva, puede durar una o dos semanas y ya. Lo que no significa que lo que anunciaba haya muerto o haya dejado de matar, pero muere o mata en una dimensión oculta de la mente. Debería inventarse un periódico que sólo se ocupara de las noticias antiguas. Por ejemplo, ¿qué fue de los responsables de la crisis? Supimos que los habían contratado para resolverla pagándoles el doble de lo que cobraron por provocarla, pero a partir de ahí desaparecieron del mapa, con sus nombres propios y sus trajes azules y sus corbatas de rayas. ¿En qué andan ahora dado que estamos peor que ayer pero mejor que mañana?
En la foto de hoy, unos militares japoneses, debidamente protegidos de la radiación, transportan agua pura y fría a la central de Fukushima mientras ésta vierte el agua enferma al mar, comprometiendo la salud de la cadena alimentaria. El vertido concentraba unos 400 becquerelios por litro y fueron 11.500 toneladas (a 1.000 litros por tonelada). Como nos dio miedo averiguar qué era un becquerelio, miramos hacia otro lado. Ya nos lo explicarán mañana, nos dijimos. Pero no hubo mañana porque las noticias vuelan. A lo mejor ahora mismo nos estamos comiendo los becquerelios con el atún.
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