La opinión pública italiana, a la que muchos daban por anestesiada, utilizó ayer la herramienta del referéndum popular para firmar en las urnas el finiquito político de Silvio Berlusconi. El segundo desastre en solo 15 días, tras el sufrido por la derecha en las elecciones municipales, pareció incluso más elocuente que el primero.
El primer ministro británico, David Cameron, recibió ayer un varapalo cuando el medio centenar de expertos a los que se vio forzado a pedir su dictamen opinan que su reforma sanitaria ha de ser más lenta, más diluida y abrirse a proveedores privados como mera herramienta para mejorar la atención al paciente y no como fin en sí mismo.
En su tercer discurso en nueve años desde el balcón de la sede del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en Ankara para celebrar una victoria electoral, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan tendió el domingo por la noche la mano a la oposición y la sociedad civil de Turquía.
Mohamed Dahlan, considerado años atrás uno de los principales aspirantes a suceder a Yasir Arafat y jefe de las milicias de la OLP, fue expulsado de Fatah el domingo. El comité central del partido fundado por Arafat, que mantiene una posición dominante en la OLP, anunció que además había decidido denunciar a Dahlan ante los tribunales por "asuntos financieros y criminales".