La guerra de los Miliband

Si Cameron tiene problemas para impulsar sus políticas, el líder de la oposición, Ed Miliband, no cuenta con el apoyo de los electores, es cada vez más cuestionado por su partido y no ha conseguido enterrar la figura amenazante de su hermano mayor, David, al que derrotó contra pronóstico en la carrera por el liderazgo.

Los sondeos ponen a los laboristas por delante. En el último, publicado el domingo elaborado por YouGov para The Sunday Times, sacan cinco puntos a los conservadores. Pero esa ventaja parece escasa si se considera el calado del ajuste fiscal que está aplicando la coalición de conservadores y liberales-demócratas.

La guerra fratricida del laborismo ha vuelto este fin de semana a las primeras páginas. Un libro serializado por el Daily Mail da cuenta del deterioro de la relación entre los dos hermanos, que ni siquiera se ponen de acuerdo sobre la manera en que el mayor se enteró del reto del pequeño. Ed siempre ha dicho que le comunicó a David personalmente su decisión de competir por el liderazgo. Este insiste en que se enteró por televisión.

La polémica parece sobredimensionada: todo libro sobre un político del momento contiene algún elemento lo bastante morboso para ganarse entregas en un dominical, que a su vez exagera la importancia de esos pasajes y arrastra al resto de la prensa.

Pero lo importante en este caso no es si los hermanos se llevan bien o mal. El impacto que ha tenido esta polémica revela la fragilidad de la posición de Ed al frente del partido. Si el pequeño de los Miliband estuviera fuerte, las reacciones habrían sido de compasión hacia David y este no se habría visto obligado a confirmar su fidelidad a Ed.

La encuesta de YouGov revela que la mitad de los votantes cree que Ed Miliband está haciendo un mal trabajo, frente a un 30% que opina lo contrario. El 41% cree que David lo haría mejor, mientras un 6% disiente. Dos de cada tres no saben qué defiende exactamente el líder laborista.