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Alemania aumentará al 35% la cuota de energías renovables al dejar la nuclear

Merkel presenta las leyes para hacer efectivo el cierre de las centrales en 2022

El Gobierno de Angela Merkel culminó ayer su giro antiatómico con la aprobación del paquete legal que sella el apagón nuclear en Alemania para 2022. La emancipación de la energía atómica es la pieza principal en la llamada transición energética con la que el Ejecutivo de centro-derecha espera aumentar hasta el 35% la cuota de energías renovables en su paleta de energía en los próximos nueve años.

Merkel quiere que su transición quede aprobada por ambas cámaras parlamentarias el 8 de julio. Su proyecto de ley busca el apoyo de los dos principales partidos de la oposición, socialdemócratas (SPD) y Verdes. Para el ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, democristiano como Merkel, la desconexión atómica convierte a Alemania en un país "pionero" y supone un "hito para el desarrollo económico y social" del país.

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La coalición de centro-derecha había aprobado en el pasado otoño ampliar la vida útil de las 17 centrales alemanas una media de 12 años. Tras la catástrofe de Fukushima (Japón), la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel y su partido hermano bávaro (CSU) anunciaron un cambio radical de parecer. Introdujeron en marzo, con el apoyo nada entusiasta del socio liberal FDP, una moratoria de tres meses sobre dicha ampliación. En mayo, democristianos y liberales alcanzaron un acuerdo que devuelve Alemania a los plazos de desconexión nuclear firmados en 2002 por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), cuya coalición con Los Verdes gobernó Alemania entre 1998 y 2005.

De modo que la principal reforma aprobada ayer por el Consejo de Ministros descartará que las siete centrales que quedaron desconectadas debido a la moratoria de marzo vuelvan a funcionar. El llamado reactor de las averías de Krümmel, próximo a Hamburgo, tampoco volverá a funcionar. Las centrales restantes quedan fuera de servicio hasta 2021, a excepción de las tres más modernas. Para evitar que la red eléctrica colapse, se irán desconectando escalonadamente: la primera, en Baviera, en 2015. La segunda en 2017, la tercera en 2019. Tres más se apagarán en 2021 y, por último, quedarán fuera de servicio las centrales Isar II (Baviera), Emsland (Baja Sajonia) y Neckarwestheim II (Baden-Württemberg) en 2022. La locomotora económica de Europa carecerá a partir de entonces de tracción atómica.

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Los principales puntos de la transición energética son la subvención de las obras de aislamiento en los edificios -se conceden 1.500 millones de euros anuales en subvenciones-, la ampliación de las redes eléctricas, la construcción de parques eólicos y la concesión de compensaciones económicas a las empresas con mayor gasto energético.

Hace ya diez años que Verdes y socialdemócratas tenían casi resuelto el apagón aprobado por ellos en 2002 y anulado por Merkel en 2010. Ahora, los democristianos han tenido que tragarse su política pronuclear, que defendían bajo el concepto de tecnología puente ante la contundente posición antinuclear de la mayoría de los alemanes.

Manifestantes antinucleares disfrazados de Merkel y el líder de los liberales, Philipp Rösler, en Berlín.
Manifestantes antinucleares disfrazados de Merkel y el líder de los liberales, Philipp Rösler, en Berlín.GETTY

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