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La ley obliga a que una niña de 12 años que fue violada lleve a término su embarazo

Una niña de 12 años que quedó embarazada tras ser violada el pasado noviembre en Orihuela (Alicante) tendrá que llevar a término su embarazo hasta dar a luz dado su avanzado estado de gestación, unos seis meses, en el momento de conocerse los hechos. Es una consecuencia de la ley que entró en vigor julio de 2009, y limita el aborto por daño físico o psicológico de la madre a las primeras 22 semanas.

Un día después de conocerse los hechos, fue arrestado un hombre de 39 años, también de nacionalidad ecuatoriana, identificado como J. L. A. B. L. Pero tras prestar declaración, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Orihuela le dejó en libertad sin ninguna imputación. La Guardia Civil busca ahora como presunto autor de la violación a un individuo, también ecuatoriano, con el que la madre había mantenido una relación sentimental.

La supuesta agresión se destapó el pasado 20 de abril cuando la menor, de origen ecuatoriano, fue acompañada por su madre a un centro de salud de La Murada, una pedanía de Orihuela. Cuando los sanitarios se percataron de su embarazo avisaron a los servicios sociales del Ayuntamiento de Alicante, quienes decretaron el desamparo de la menor. Desde ese momento, la pequeña está acogida en un centro de menores que tutela a niñas embarazadas. Horas después, la directora de Servicios Sociales del consistorio fue quien, con otras dos compañeras, denunció los hechos ante la Guardia Civil de Callosa del Segura, según la propia denunciante.

La niña pertenece a una familia desestructurada. De hecho, según fuentes municipales, días después de que trascendiera el estado de gestación de la pequeña, su padre biológico se personó ante el Ayuntamiento para negar cualquier participación en los hechos. El hombre cumplía en ese momento condena en prisión por infringir la orden de alejamiento respecto a la madre de la niña, a la que maltrataba.

La situación de la niña pone en evidencia el carácter garantista de la nueva regulación de la intervención del embarazo, informa Emilio de Benito. Con la anterior, se hubiera podido argumentar que la pequeña sufriría grave daño psicológico -algo nada sorprendente dada su edad y cómo quedó embarazada- para interrumpir el embarazo independientemente del periodo de gestación. Pero la nueva ley restringe esa posibilidad a las primeras 22 semanas, y la niña debe de estar en más de 24. Como se ha entrado en el plazo de viabilidad del feto (es posible que este sobreviva aunque se provoque el parto ya mismo), y como, según los médicos, la vida de la futura madre no corre peligro, debe esperar hasta que el embarazo concluya de forma natural.

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