La economía no acaba de arrancar. El consumo no tira, el desempleo roza ya los cinco millones de parados, la burbuja inmobiliaria sigue pinchándose en plena carrera de reformas -laboral, financiera y de pensiones-, y en medio de un severo ajuste fiscal.
Estados Unidos empieza a exigir responsabilidades a los grandes bancos por los abusos que se cometieron en el mercado hipotecario durante el boom. El primero en el punto de mira es el grupo alemán Deustche Bank y su filial MortgageIT, a la que acusa de fraude por engañar de manera sistemática al determinar los préstamos que iban a ser cubiertos por las garantías públicas.
El acuerdo para el rescate financiero de Portugal está cerrado. Así lo anuncio a última hora de ayer el primer ministro portugués, José Sócrates, en una declaración triunfalista al país, en la que no dio detalles del programa de austeridad que Portugal tendrá que poner en pie a cambio del préstamo avalado por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).
La atonía del consumo en España está penalizando a muchas multinacionales en los dos últimos años. No es el caso de France Télécom-Orange, que ha mejorado sus cuentas en el mercado español, donde vendió por valor de 959 millones de euros en los tres primeros meses del año.