Grete Waitz, reina del maratón
AMAYA IRÍBAR
Hubo un tiempo, y no tan lejano, en que las mujeres no podían correr maratones. Los 42,195 kilómetros se consideraban una prueba de hombres, demasiado exigente y dura para atletas que eran vistas como frágiles chiquillas. No estamos hablando de un siglo atrás, sino de los años sesenta.