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Reportaje:

Golpe a las reaseguradoras

El seísmo japonés afectará a los resultados de unas compañías ya perjudicadas por el terremoto de Nueva Zelanda y las inundaciones de Australia

Miguel Ángel García Vega

Todas las cifras de este artículo pueden estar erradas. ¿Cómo se calcula lo que se desconoce? ¿Qué modelos econométricos se le puede aplicar? ¿Tiene sentido hacer contabilidad del dolor? Agencias de Bolsa, analistas y consultoras de riesgos se han afanado toda la semana en valorar el coste y el impacto para las grandes reaseguradoras mundiales (Lloyd's of London,

Swiss Re, Munich Re, Hannover Re,

Berkshire Hathaway, Scor) del terremoto de Japón. Y en esta indefinición, los resultados varían entre lo limitado y lo catastrófico.

El banco japonés Nomura explica que "los flujos de capital vinculados a los pagos del reaseguro internacional es poco probable que superen la horquilla entre 7.200 millones de euros 10.700 millones". De ser así, una cuantía limitada, dada la devastación producida. Otras fuentes, como la revista Insurance Insider, citada por Aon Benfield Iberia (broker de reaseguros de Aon), apuntan a los 18.000 millones de euros.

Los daños producidos por accidentes nucleares no se aseguran
Este duro paisaje presionará al alza los precios de las primas
Los costes para las empresas varían entre lo limitado y lo catastrófico
El sector pide más tiempo para analizar el impacto en sus balances
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Al tiempo, uno de los grandes expertos en cálculos catastróficos, la firma estadounidense Air WorldWide, señala que el terremoto podría haber causado pérdidas en bienes asegurados por valor de entre 10.700 millones y 25.100 millones de euros. Pero esta horquilla, reconocen, no incluye los efectos del tsunami, por lo que es posible que se queda corta. "La próxima semana daremos a conocer ese dato", dicen. "El problema", valora un experto, "es que no hay modelos fiables para olas gigantes".

El gran desafío, por tanto, para estos colosos empresariales (el sector mueve 113.900 millones, según datos de Standard & Poor's) es que se trata de una tragedia que no llega sola. Las reaseguradoras han afrontado en este comienzo de año el terremoto de Nueva Zelanda (con unas pérdidas aseguradas de 7.100 millones) y las inundaciones de Australia (2.100 millones). Si a esto sumamos los 18.000 millones de Japón, quiere decir que tienen sobre la mesa una factura de 27.200 millones de euros.

"Con el lastre de este primer trimestre tan complicado será muy difícil que las reaseguradoras den beneficios este año", reflexiona Alfonso Valera, consejero delegado de Aon Benfield Iberia. Por su parte, las agencias de rating Moody's y Fitch creen que las reaseguradoras se enfrentan a unas de las mayores pérdidas de su historia.

Mientras tanto, los grandes jugadores del sector reclaman al unísono más tiempo para analizar la repercusión en sus balances, a la vez que minimizan el impacto. A través de un portavoz, la británica Lloyds asegura "que el mercado puede responder a cualquier demanda que se produzca en el curso normal de su actividad".

Otro grande, Swiss Re, pide más tiempo antes de poder responder al coste económico, y Munich Re reconoce tener una cuota de mercado del reaseguro japonés que oscila entre el 10% y el 15%, lo que se traduce en 666 millones en primas totales. "Pero nos llevará un tiempo considerable siquiera hacer una estimación global de pérdidas", avanzan desde la reaseguradora alemana.

Grupos más pequeños, como la australiana QBE, hablan de 125 millones de dólares (89,6 millones de euros), y Allianz Re indica desde Munich que "la situación es demasiado inestable para hacer cálculos". Una mirada similar es la de Hannover Re, que califica, por correo electrónico, el escenario de "poco claro".

Sin embargo, se pueden dar algunas cifras orientativas, ya que si a algo está acostumbrada la industria del reaseguro es a trabajar -al menos frente al ordenador- con escenarios catastróficos. De acuerdo con datos de Nomura, las reaseguradoras Hannover Re, Munich Re y Swiss Re han calculado las pérdidas máximas potenciales estimadas que tendrían que afrontar si cada 200 años se diera un gran terremoto en Japón. Según sus proyecciones, asumirían unas pérdidas de entre un 3% y un 6% de su patrimonio neto. O sea, Hannover (en su caso en 100 años) afrontaría como tope 198 millones de euros; Munich perdería 2.000 millones, y Swiss, unos 1.360. La francesa Scor, precisa UBS, se dejaría 260 millones de euros. Pero nadie había previsto, en sus cálculos, un tsunami.

Tanta dispersión tiene sentido porque la geometría de los seguros en Japón está lejos de ser una línea recta. Hay una fuerte penetración, pero repartida de forma irregular por ramos y actividades. Si en la Europa más desarrollada el gasto per cápita asegurador es de 2.000 dólares, en el país asiático llega a los 3.000. Además, algunos seguros, como los de automóvil, son muy caros y se contratan con restricciones. Por otro lado, no es obligatorio asegurar la vivienda contra terremotos. De hecho, apuntan en Aon Benfield Iberia, el aseguramiento medio frente a seísmos en el país es del 40%, pero en el norte -la zona más afectada- está por debajo de ese porcentaje. Por si se lo están preguntando, los daños producidos por accidentes nucleares no se aseguran.

Ahora bien, lo que es insoslayable es la pérdida de vidas humanas. Citigroup, en un informe elaborado por el analista Makoto Kasai, estima que "si asumimos 10.000 demandas

el doble que en el terremoto de Kobe, habría que hacer frente a 896 millones de euros". Algo, por cierto, que harán las principales aseguradoras de vida, sin importar si las pólizas de sus clientes tienen cláusula de exclusión (una situación muy habitual, pues son muy caras) en caso de terremoto.

Este duro paisaje presionará los precios del sector al alza. "Estábamos en un escenario de primas a la baja, pero ahora se endurecerá la capacidad de reaseguro y provocará una subida de sus primas, lo cual también afectará al seguro industrial normal", prevé Pedro Antonio González, director de siniestros de Willis. Este efecto dominó podría llegar incluso a los seguros que contratamos en Occidente los particulares. De momento, el próximo 1 de abril toca renovar en Japón los contratos de reaseguros y el sector espera, dada la situación, una renovación tácita de primas y precios.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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