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Puig fulmina los 80 por hora

El nuevo modelo sube hasta 120 el límite en las vías de acceso a Barcelona - Interior no aplica de momento la velocidad variable por falta de recursos

Jesús García Bueno
LAURA QUESADA

Dentro de un mes, el límite de 80 kilómetros por hora en las carreteras de acceso a Barcelona será historia. El consejero de Interior, Felip Puig, dibujó ayer el nuevo modelo, que en síntesis suprime el techo de los 80 y permite a los conductores circular a la velocidad máxima que permita cada vía. El resultado es un mapa fragmentado de velocidades a lo largo de los casi 80 kilómetros de asfalto afectados por la medida, impulsada por el tripartito y liquidada ahora por el Gobierno de CiU.

Las señales fijas de 80 serán sustituidas en las próximas semanas por nuevas indicaciones, un cambio que costará a la Generalitat 76.000 euros. Con el nuevo diseño (véase el mapa de la página 3) el Servicio Catalán de Tráfico ha recuperado la velocidad máxima que imperaba en las vías antes de la aplicación del límite. Por citar solo un caso, en la C-31 (antigua autovía de Castelldefels) se podrá circular a 100 y 120 kilómetros por hora, según los tramos.

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En realidad, los 80 no desaparecen del todo. En 25 kilómetros de vía seguirá imperando ese tope. Son los tramos más cercanos a la ciudad de Barcelona, donde hay una "transición" entre las zonas urbanas (con límite máximo de 50 por hora) y las carreteras de la primera corona metropolitana.

Frente a las críticas del Gobierno central, de la comunidad científica y de las asociaciones de víctimas de accidentes, Puig se mostró orgulloso de "eliminar la zona 80" y dar "respuesta a un compromiso electoral" de CiU. El sistema, más complejo, se implantará "carretera por carretera" y el Gobierno prevé que funcione a pleno rendimiento el 1 de marzo. Mientras tanto, se seguirá multando a los conductores que pisen demasiado el acelerador.

Puig trató de justificar, más allá de la "coherencia" política, la adopción de una medida tan polémica. El consejero aludió a una supuesta "contestación social" contra la medida y minimizó los efectos que la zona 80 ha tenido en la calidad del aire y en la reducción de muertes en carretera. "Con el Plan Renove, hay una flota de vehículos nuevos, y eso seguro que ha influido", dijo el consejero, que aludió también a supuestos costes económicos por el tiempo que los coches circulaban a menor velocidad. No concretó cuánto tiempo ahorrará el ciudadano con este nuevo sistema, "más flexible y menos rígido".

El sistema, por cierto, no es definitivo. La intención de la Generalitat es implantar en toda el área afectada la velocidad variable, también impulsada por el tripartito. Funciona en la C-31 y la C-32 (autopista del Garraf), y consiste en regular la velocidad en función del tráfico, lo que ha permitido reducir las congestiones. Como dijo Puig, es el sistema en boga en Europa, aunque en Cataluña el límite no sería de 80, sino superior.

El problema es que ahora mismo no hay dinero. La velocidad variable implica instalar paneles luminosos por valor de seis millones. Puig no dio fechas, pero se comprometió a implantar la medida en los accesos a Barcelona antes de que acabe la legislatura."Estamos en una gran crisis económica y hay que priorizar", justificó Puig. Desde marzo, los conductores podrán circular más rápido -siempre que el tráfico se lo permita-, pero Interior lo tendrá muy difícil para regular el tráfico aplicando criterios ambientales como solicita el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder. Una de las recomendaciones de Recoder es que, con altos niveles de contaminación, se pueda instar a Tráfico a reducir la velocidad. Pero como las señales son fijas, esa gestión se hace muy compleja. De modo que, hasta que haya dinero y puedan instalarse los paneles luminosos, "se regulará con el sentido común de los ciudadanos", dijo Puig.

El consejero subrayó que la supresión del límite de 80 no va a empeorar la calidad del aire como advierten los científicos ni va a influir negativamente en la seguridad vial como temen las asociaciones de víctimas y los expertos en materia de seguridad vial. Para desmentir a unos y otros, Puig dio a conocer que los accidentes graves en la zona 80 aumentaron en 2010 un 27%, mientras que en el resto de Cataluña cayeron un 16%. El número de muertos, sin embargo, se mantuvo intacto (cuatro) y los expertos insisten en que, una vez superado el umbral de los 80, las posibilidades de morir en un accidente aumentan de forma alarmante. También es cierto que desde la implantación de la medida (enero de 2008) los accidentes han disminuido en el área afectada. "Hay quien usa el medio ambiente y la siniestralidad para crispar. ¿Tenemos que jugar con los números?", zanjó.

Las vías donde funciona la velocidad variable (C-31 y C-32) serán las primeras donde se aumentarán los topes, ya que basta con modificar los algoritmos que llevan la información a los paneles. En la B-23 se mantienen por ahora los 80 por hora, ya que el tráfico es intenso y hay "condiciones de trazado" adversas. Pero de noche, cuando apenas circulan coches, lo lógico es ir más aprisa, dijo Puig. De modo que, cuando se disponga de los costosos paneles, será la primera vía donde se implante la velocidad variable, anunció. Los 80 también continuarán en la C-58, que está en obras, y en la entrada a Badalona, por contaminación acústica.

Interior revisará la medida al cabo de tres y seis meses, por si debe realizar los ajustes oportunos, dijo el director de Tráfico, Joan Aregio. Puig sentenció: "No somos gente de mentalidad inamovible como ha pasado los últimos cuatro años".

Eliminar, flexibilizar, aplazar...

- Diciembre de 2008. "Si llego a la Generalitat eliminaré la velocidad variable y el límite a 80 por hora inmediatamente". Así de tajante se mostraba Artur Mas cuando el tripartito instauró la velocidad variable. Repitió la idea hasta la campaña electoral.

- Diciembre de 2010. Felip Puig toma posesión como consejero de Interior y cambian los términos. Asegura que "revisará" la medida y habla de "racionalizar" el límite de velocidad.

- Enero. Desaguisado en el Gobierno. El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, asevera que el límite de velocidad afecta a la contaminación. Puig lo niega. Cuatro días después, Interior presenta una flexibilización de la velocidad variable, aunque aplaza su aplicación hasta que haya dinero para cambiar los paneles.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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