El PP rechaza el retraso de la jubilación y presentará su alternativa
El Gobierno se va a encontrar con el asunto de las pensiones una situación política muy similar a la de la reforma laboral. Por un lado, el rechazo de la izquierda a la ampliación de la edad legal de jubilación a los 67 años. Como sucedió con el abaratamiento del despido, esta medida puede provocar una nueva huelga general. En el otro lado de la pinza estará el PP, que rechazó el abaratamiento del despido y ahora rechaza el retraso de la edad legal a los 67 años.
"No vamos a aceptar bajo ningún concepto que se retrase la edad legal. Creemos que hay muchas otras fórmulas para hacer una buena reforma de las pensiones", zanja Tomás Burgos, portavoz del PP en el Pacto de Toledo.
Los populares han alcanzado un alto grado de acuerdo con el PSOE y otros grupos en otros aspectos de la reforma, entre ellos la ampliación del cálculo. Pero Mariano Rajoy ha dado una orden clara de no aceptar los 67 años, la medida más contestada y por tanto la más útil políticamente para debilitar la imagen del Gobierno.
Al Congreso en febrero
Esteban González Pons, el portavoz del PP, anunció ayer que en caso de que no haya acuerdo sobre la reforma -algo que parece muy probable porque no puede haberlo sobre un asunto clave como los 67 años-, el PP presentará su propia reforma de pensiones. Podrá hacerlo cuando la reforma del Gobierno llegue al Congreso, en febrero.
El PP está dejando claro así lo que sus dirigentes comentan en privado: que Rajoy hará batalla de este asunto como lo hizo de la congelación de pensiones y del abaratamiento del despido, pero no llegarán hasta el extremo de apoyar una huelga general o de manifestarse con los sindicatos.
En esta línea instaurada por el PP como nuevo partido de los trabajadores, González Pons ya estuvo en la calle con la izquierda reivindicando a los saharauis, por ejemplo, aunque es probable que con las pensiones no se llegue a tanto. El discurso del PP en pensiones se centra en que no es necesario alargar la edad de jubilación para lograr el objetivo de que la edad real a la que la gente se retira se acerque a la edad legal. Sobre todo atacando a las prejubilaciones que son utilizadas para reducir plantilla. Sobre ese asunto hay acuerdo entre el PP y el PSOE, pero el Gobierno cree que no es suficiente y hay que plantear además los 67 años.
