Con ánimo de ofender
En una entrevista decía Arturo Pérez-Reverte que escribir novelas le servía para detestar menos el mundo. "El tiempo nos ha quitado la inocencia", afirmaba al referirse a la sociedad actual en la que aprecia con demasiada frecuencia signos de mediocridad, de hipocresía, de corrupción, de barbarie. Denunciar esos aspectos se ha convertido en uno de los objetivos de los artículos literarios que ha ido publicando Pérez-Reverte. Lo ha hecho sin tapujos, con un lenguaje contundente, burlándose de lo políticamente correcto. Con pasión hacia lo que ama y con desprecio hacia lo que considera infame y hacia aquello que detesta. Así que tituló este libro Con ánimo de ofender. Con dos.
Pérez-Reverte es un agitador contra la necedad. Aquí escribe contra la hipocresía, contra la estulticia, contra "los tontos del haba congénitos", "los bobos del móvil", "gili-restaurantes" y "pijolandios de diseño". Escribe contra los que hacen de este mundo un lugar infame: los burócratas, los corruptos, los cainitas, los cantamañanas. Los textos de este libro componen un alegato contra toda esa barbarie. Y Pérez-Reverte lo hace con el desgarro de Larra, con el enojo de Valle-Inclán, con la prosa descarada de Quevedo. Esos son sus maestros.
Los artículos del libro tienen algo de Larra, de Quevedo y de Valle-Inclán
'Los amos del mundo' es el texto actual que más ha circulado por la Red
Por cierto, en este libro está ese artículo que publicó en 1998, Los amos del mundo, que tiene el récord de ser el texto de un escritor actual que más ha circulado por Internet. En él denunció 10 años antes de que ocurriese el juego macabro de unas personas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena: "Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes le van a mandar al paro", escribió entonces con una visión de futuro que ha resultado certera. Hay que volver a leer hoy Los amos del mundo para entender algo de lo que está ocurriendo ahora.
Pero en este libro están también esos otros personajes que viven en la otra orilla de ese mundo infame: los que se rebelan, los independientes, los que sobreviven con coraje, los que hacen de la lealtad su insignia, los profesionales de su oficio, los jóvenes que mantienen la ilusión a pesar de una sociedad decadente. Ellos demuestran que en el tablero del mundo "todavía hay peones capaces de jugar el juego de la vida con dignidad y con vergüenza".
Hay un relato en este libro que sintetiza bien el mundo actual como escenario de todas esas contradicciones. Caín y Abel se titula. Abel trabaja todo el día, dale que te pego; mientras Caín, "más vago que el peluquero de Ronaldo", nada de nada. Adivinen quién acaba con un Mercedes comprado con dinero B y una casa en Miami, "justo al lado de la de Julio Iglesias, hey".
"Esto es lo que hay", dice Arturo Pérez-Reverte al relatar en un artículo algunas escenas que a los lectores se les harán bastante familiares. Y como en su pluma no hay resignación, contra todo eso que hay y no debería estar, surgió este libro, escrito "con ánimo de ofender". Un libro que hay que atreverse a leerlo.
Mañana, viernes, por solo 7,95 euros con EL PAÍS, Con ánimo de ofender.
Babelia
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