Imaginemos

Imaginemos que alguien entra en su casa ilegalmente, se queda en ella durante largos años en los que maltrata a su familia y le niega el derecho a protestar por semejante atropello. Después de, digamos, 34 años, el individuo que un día ocupó su casa le dice que se considera propietario y le propone negociar el derecho a estar usted y su familia en ella según las normas por las que él se rige. El ocupante se considera un demócrata puesto que le está ofreciendo dialogar ante todos, con el resto de vecinos como mediadores. Eso sí, mientras permanecen juntos en el que según la legislación vigente es su legítimo hogar, el ocupante sigue maltratándole a usted y a su familia.

Esta es la situación por la que atraviesa el pueblo saharaui: tras el abandono de España (que sigue siendo la potencia administradora según la ONU), el Sáhara Occidental fue ocupado por Marruecos y su población se dividió entre el exilio y la represión. El Sáhara Occidental es el único territorio pendiente de descolonización y el Derecho Internacional prevé un referéndum que no se ha llegado a celebrar debido a la intransigencia de Marruecos. Ahora el régimen alauí pretende negociar una autonomía, es decir, persigue un título de soberanía que la legislación internacional le niega. Ningún Estado ha reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

La represión y la cárcel son la única esperanza para los saharauis que viven bajo la ocupación, y algunos, como el señor Abdelhamid Beyuki, se atreven a decir que esta es una gran oportunidad "que los demócratas tenemos el deber de aprovechar".

Si tan demócrata es el régimen que un día hace 34 años violó la legalidad internacional y ocupó un territorio no autónomo, ¿por qué no permiten que se aplique la legislación internacional, se respeten los derechos humanos de la población saharaui y se celebre de una vez por todas el referéndum? ¿Por qué no permiten a la prensa internacional entrar en territorio saharaui?