Estampas de la recesión
Carlos Carrillo, colombiano, tuvo suerte. Se quedó sin su piso de Alcalá de Henares. Cerró sus dos tiendas de alimentación. No tenía dinero. Pero canceló su deuda de 260.000 euros con el banco. Dejó las llaves de la casa en la oficina y se marchó. Limpio. "Conseguí negociar eso porque si hubiese tenido que pagar el valor entero de la casa hubiese sido imposible.
Los niños del Gallinero van calzados a su zona de juegos preferida porque en el suelo hay excrementos humanos. Se trata de una alcantarilla para desaguar el terreno en el que viven, limitado por las autopistas A-3 y M-50 y por una vía del tren de alta velocidad, zona de importantes inundaciones.
D. BORASTEROS | Madrid
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SI LOS EDIFICIOS HABLASEN...
PATRICIA GOSÁLVEZ | Madrid
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