Movilización de estudiantes
La portada de su periódico del viernes 15 de octubre mostraba una fotografía con una protesta estudiantil a causa de la reforma de las pensiones del presidente Sarkozy.
Soy estudiante universitario y siento verdadera admiración por mis compañeros franceses. Aquí los estudiantes estamos en casa mientras este Gobierno planea aumentar de forma inminente la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. Todos sabemos que la tasa de desempleo juvenil en España es inabordable, y también que buena parte de los jóvenes trabajamos por sueldos ínfimos todas las horas que hagan falta para buscarnos un hueco en el mundo laboral, y de eso se aprovechan las empresas, que, por supuesto, también lo saben.
A mi juicio, los estudiantes hemos de ser una fuerza viva a la que le preocupen estos asuntos que son de una trascendencia incuestionable e intentar que no se pase por encima de nosotros como si no tuviéramos nada que decir. Parece que ya nos han convencido de que el recurrente e inexistente Estado del bienestar proveerá, y que nosotros no hemos de preocuparnos de nada. Mientras que el desempleo juvenil sube y se pisan los derechos que tanto costaron a los trabajadores, los estudiantes españoles que deberíamos tomar parte en este tira y afloja nos quedamos en casa; los franceses, no.