Segoviano selecto

Tierra de pinares, estratégicos oteros y elevada planicie, de iglesias mudéjares, castillo y viñedo, así es la comarca de Valtiendas, orillada a la prestigiosa Ribera del Duero, a la que aspira por derecho y le niegan por reglamento. Tozudos, duros y serios, siguen en ello. Ya es región amparada por la calificación 'vino de calidad'; pronto será 'denominación de origen'. Por historia, que aquí siempre hubo buen vino, y por atributos vitivinícolas. Son pocos, apenas ocho bodegas y no más de 400 hectáreas de viñedo. Pero se esmeran en hacer las cosas bien, resueltos a ser admitidos en el club selecto de los grandes.

Encabeza el asalto al reconocimiento Bodegas Vagal, con vinos de excelente factura como este Ardalejos 2005. Está elaborado con tempranillo (tinta del país) de cepas con casi 30 años, plantadas sobre suelos cubiertos de cantos rodados que protegen y cobijan tierras de arcilla y cal. Y a 940 metros de altitud. A lo que añadir clima continental extremo, escasa pluviosidad, gran diferencial térmico entre la noche y el día, y la preocupación medioambiental de la agricultura biodinámica.

No es de extrañar que el vino ofrezca un soberbio aroma a fruta fresca silvestre, con alguna nota pasificada, junto al conjunto armónico de tostados, especias y mineral. Sabroso, pleno, de amplios taninos maduros e impresión viva, termina con aterciopelada y golosa frutosidad. Ya quisieran muchos de Ribera del Duero.