La dinastía comunista de Corea del Norte alza a su heredero
Kim Jong-un accede a los máximos órganos del poder político y militar
El hermético régimen de Corea del Norte mencionó ayer por primera vez a Kim Jong-un para anunciar que el tercer hijo del llamado Querido Líder, Kim Jong-il, ha sido nombrado miembro del Comité Central del Partido de los Trabajadores y vicepresidente de la poderosa Comisión de Defensa Nacional (CDN). Kim Jong-un, de 27 años y sin experiencia política, se alza así como heredero de la única dinastía comunista y toma las riendas de un país dotado de armas nucleares y hundido en una crisis económica que amenaza con desestabilizarlo.
Kim Jong-il, de 68 años y cuyo deterioro físico se hace cada día más evidente desde el infarto que sufrió en agosto de 2008, ascendió el lunes a general a su hijo Jong-un y a otras cinco personas, incluida su única hermana Kim Kyong-hui. Esta y su marido, Jang Song-taek, nombrado en junio pasado vicepresidente de la CDN, son los ungidos en tutores del heredero y garantes de la transición.
Según el diario surcoreano The Chosun Ilbo, la promoción del hijo y la hermana "es una señal de que Kim Jong-il delega el poder a través de su familia y de los militares en la tercera generación". El régimen fue fundado por Kim Il-sung tras la división de la península coreana por los vencedores de la II Guerra Mundial (Estados Unidos y la URSS). A su muerte, en 1994, Kim Il-sung fue nombrado Presidente Eterno de Corea del Norte y su hijo Jong-il heredó el poder.
Situación de hambruna
Los expertos señalan que la división en la elite dirigente y la situación próxima a la hambruna que vive la población pueden desembocar en disturbios que dinamiten el régimen y hagan saltar por los aires los férreos controles que atenazan a los 24 millones de habitantes. Para el ex ministro de Exteriores surcoreano Yoon Young-kwan, lo más peligroso sería que los militares, envalentonados por tener armas nucleares, "traten de distraer al pueblo con acciones audaces y posiblemente destructivas en el extranjero".
China, uno de los escasos amigos que le quedan a Corea del Norte, felicitó al régimen por el "éxito" de la conferencia de delegados, la primera que se celebra desde 1966. Pekín aprovechó la oportunidad para reiterar su respaldo a Pyongyang y al mantenimiento de "las relaciones estratégicas de largo alcance entre los dos países". China, artífice de las negociaciones para la desnuclearización de Corea del Norte, apoya e impulsa la reforma económica en ese país para evitar su colapso.
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