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Entrevista:PAUL GIAMATTI | Actor | 67ª Mostra de Venecia

"Mi especialidad han sido siempre los gilipollas"

Toni García

A Paul Giamatti (1967, Connecticut) habría que ponerle una estatua. Aunque él no se dejaría. Pequeño y eléctrico, el actor de Entre copas, American Splendor, Cinderella man y 60 películas más debutó en el cine a principios de los noventa, cuando los tipos con cara rara o directamente feos solo podían ejercer de víctimas del maníaco de turno o del propio maníaco. "Mi especialidad han sido siempre los gilipollas [sonríe]. En serio, dame cualquier personaje normal y lo convierto en un gilipollas. Es lo mismo que cuando me llaman para una película de acción: inmediatamente sé que voy a hacer de villano... No hay manera de que confíen en mí para rescatar a algunos rehenes con mi helicóptero. Cuidado, con eso no quiero decir que me guste siempre hacer el gilipollas, pero es que eso es lo que me ofrecen. ¿Tú que harías?".

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Giamatti usa un tono a medio camino entre la confesión y la sorna. "No estoy seguro, pero creo que ya me he cansado de hacer el gilipollas frustrado... Eso sería un buen titular, ¿no?, Paul Giamatti se ha cansado de hacer el gilipollas [carcajadas]. En realidad te mentiría, porque estos tipos acostumbran a ser interesantes... Solo una vez he interpretado a un tío encantador, en una obra de teatro hace tiempo. Fue lo más duro de mi vida: interpretaba a un sacerdote irlandés que era encantador y pasé un infierno".

El actor italoamericano habla por los codos, se ha dejado crecer la barba y sigue siendo un tipo tan furiosamente normal como el primer día. "¿Encantador? No te creas. El otro día salió en el New York Post un vecino mío que decía que tenía miedo de que yo le pegara y que procuraba evitarme. ¿Que si le miraba mal? Por supuesto que no, debe de ser mi cara cuando salgo a pasear al perro. No voy por ahí mirando mal a la gente. El asunto me pareció una jodienda tan absurda... ¿Un psicópata yo? Venga ya...".

La charla aún no ha entrado en su trabajo en Barney's version, una de esas películas que solo puede llenar él, un tour de force ideal para el intérprete más portátil de las últimas décadas: porque a Paul Giamatti puedes moverlo a cualquier género y sigue funcionando como un reloj. "Acepté Barney's version porque me interesó el libro en el que se basa y pensé que el papel me venía como un guante, porque salían muchas mujeres que estaban muy buenas y porque Dustin Hoffman interpretaba a mi padre. Ya sabes, las razones de siempre. Mi única duda es que en el guión habían cambiado la época en la que transcurría, con lo cual muchos de los referentes vitales de Barney quedaban anulados. Una vez que lo hicimos funcionar no tuve más dudas. De todas formas no quise darle demasiadas vueltas, yo no soy muy listo y si se me mete algo en la cabeza me obsesiono y aún lo hago peor [sonríe]".

Su personaje, el tal Barney, es un hombre para el que los flechazos son una forma de vida: "Este tío está loco: se declara a otra mujer el día de su propia boda, tres horas después de haberse casado. Yo desde luego no me atrevería pero forma parte de la idiosincrasia del personaje, un tipo al que los impulsos le sacuden continuamente. Si te sirve de algo puedo decirte que yo me enamoro cada día unas 25 veces". No le falta trabajo y ahora mismo tiene seis películas esperándole: "Sí, tengo mucho trabajo, pero cada vez le doy más vueltas a eso de la tele. Ya sabes, pasarme un montón de años yendo a trabajar al mismo sitio, desarrollando un personaje". Con tele o sin ella, seguirá dando botes por los festivales. De Venecia se irá a Toronto y vuelta a Europa: "Iré al festival de San Sebastián. No he estado nunca y creo que es un sitio muy bonito. También me han dicho que allí se come muy bien. ¿Conoces algún buen restaurante?".

Paul Giamatti, retratado a su paso por Venecia.
Paul Giamatti, retratado a su paso por Venecia.XAVIER TORRES-BACCHETTA

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