Una de las propietarias del 'corot' perdido retira la denuncia por robo
El otro dueño estuvo en prisión dos años por sustraer una escultura
La desaparición de un cuadro de Camille Corot, valorado en un millón de euros, el pasado julio en Nueva York quizás no tuviera relación con el exceso de alcohol como se pensó tras su extravío. James Carl Haggerty, el hombre encargado de custodiar el Retrato de una niña (1857) la noche de su desaparición, aseguró haber perdido el lienzo en una de esas borracheras en las que uno despierta y no recuerda nada.
Así se lo dijo a Tom Doyle, copropietario de la obra, el día después de pasearse con el cuadro bajo el brazo por la ciudad tras haber acudido a un encuentro con un posible comprador y haber visitado varios bares en Nueva York. Pero la excusa adolescente y cómica del alcohol apenas ha durado un día. Kristyn Trudgeon, la otra propietaria del lienzo, retiró el pasado miércoles la demanda que había interpuesto contra Haggerty al descubrir que Doyle, con el que comparte propiedad del cuadro -aunque se desconoce en qué porcentaje-, pasó dos años en prisión por robarle una escultura de Degas a un coleccionista.
En 2007 Doyle se hizo pasar por el descendiente de Joseph Duveen, un célebre marchante en los años treinta. Con esa excusa se hizo amigo del coleccionista Norman Alexander y, tras ganarse su confianza, acabó fugándose con un bronce de Degas por el que tendría que haber pagado 600.000 dólares (unos 468.000 euros) que nunca llegaron al propietario. Poco después, Doyle le vendía la escultura a una galería de arte por 225.000 dólares (unos 195.000 euros), hasta que se descubrió el fraude y el estafador fue a la cárcel.
Doyle, de 53 años, salió de prisión en libertad condicional hace nueve meses, algo que Trudgeon desconocía. Su abogado ha retirado la demanda y la recompensa de 25.000 dólares que ofrecía por una pista sobre la obra. "No sabemos si Doyle y Haggerty estaban compinchados", ha declarado el abogado de Trudgeon.
Babelia
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