_
_
_
_
Tensión entre Madrid y Rabat

Arranca el cerco comercial en Melilla pese a la gestión del Rey con Mohamed VI

Los organizadores de las protestas impiden la llegada de frutas, verduras y pescado desde Marruecos a la ciudad

Mónica Ceberio Belaza

"Esta frontera tiene mucho estrés". La frase la pronuncia un taxista melillense que cada día espera clientes frente al paso fronterizo marroquí de Beni Enzar, pero es repetida, con distintos matices -difícil, problemática, tensa-, por otros residentes.

Ayer el "estrés" se materializó en piquetes en la frontera y desabastecimiento de algunos productos en los mercados en el inicio del Ramadán. La Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos y el Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla no dejaron pasar camiones con frutas, verduras, pescados y mariscos ante la mirada impertérrita de la policía marroquí.

Esto es solo el principio de un plan organizado, que parece seguir adelante pese a la llamada del miércoles del Rey a Mohamed VI para tratar de rebajar la tensión . El fin de semana será tranquilo, pero a partir del lunes, y durante 15 días, el boicoteo afectará a los materiales de construcción. Desde el martes, y durante 48 horas, impedirá el paso a las mujeres marroquíes que trabajan como empleadas domésticas. Y desde el miércoles hasta el sábado volverán a frenar la entrada de frutas, verduras y pescado.

Más información
Los activistas mantienen su amenaza de boicoteo a la ciudad para mañana
El incidente que desató la crisis

Alegan que la protesta responde a agresiones recientes de la policía española en la frontera. "Nos rompen los pasaportes y nos tratan de forma discriminatoria porque sí", afirma Mounaim Chaouki, de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos. "Desde hace un año, todo ha ido a peor", añade. Los agentes melillenses ofrecen una versión bien distinta: denuncian al menos cinco incidentes de carácter machista desde junio, protagonizados por marroquíes que querían cruzar a España. Según cuentan, insultaron y vejaron -e incluso agredieron en un caso, el 2 de agosto en Farhana- a mujeres policía, negándose a acatar su autoridad.

Los marroquíes no niegan este problema, pero no lo achacan al machismo sino a las supuestas agresiones. Piden además "policías veteranos y especializados" y "no en prácticas". Nada más pasar el control de Beni Enzar, en la zona entre ambas fronteras, había ayer colocado un fotomontaje en el que aparecían, perfectamente reconocibles, nueve mujeres policía rodeadas de manos ensangrentadas. Junto a ellas, un agente que solo se dedica a labores de informática, según fuentes policiales.

A su lado había otras pancartas, en árabe y castellano, que mezclaban quejas por la presunta violencia policial y reivindicaciones soberanistas sobre Ceuta y Melilla: "No podemos aguantar más las agresiones racistas"; "exigimos al Gobierno marroquí una respuesta contundente ante los procedimientos de discriminación racial"; "la sociedad civil del Rif pide a España entrar de inmediato en negociaciones serias con Marruecos para dar fin al colonialismo español en Ceuta y Melilla".

Una treintena de miembros de las dos asociaciones marroquíes vigilaba ayer muy de cerca el paso de Beni Enzar, el más importante de los tres entre la ciudad autónoma y Marruecos. No solo los camiones tenían la entrada prohibida, también cualquier coche sospechoso. En la frontera todos se conocen, así que los conductores que se dedican habitualmente al contrabando eran parados de inmediato. A veces, por error. Los piquetes llegaron a las manos con el conductor de un desvencijado Mercedes Benz negro que intentaba cruzar con su mujer de copiloto. Tras una discusión violenta, y después de comprobar que la pareja no llevaba mercancías "prohibidas" en Melilla, les dejaron seguir su camino.

La frontera, por la que cruzan a diario y tras soportar larguísimas colas más de 30.000 personas (en Melilla viven 75.000; en Beni Enzar, 25.000), a pie o en vehículos, estaba tranquila. Sobre las doce y media del mediodía había algunas camionetas esperando para poder pasar más tarde, pero la mayoría de vehículos se habían dado la vuelta o, directamente, ni siquiera se habían acercado al paso.

Una hora después, y tras comprobar los marroquíes que los mercados melillenses estaban a punto de cerrar, se permitió de nuevo la entrada de camiones con frutas y verduras. Lo que entrara por la tarde podría esperar en los frigoríficos hasta el día siguiente, y así los vendedores no perderían del todo las ganancias por sus productos.

Las pescaderías de Melilla solo pudieron vender ayer los excedentes del día anterior. Un puesto del mercado central lo hizo durante un rato, pero en seguida se les acabó el género y tuvieron que cerrar, relataban desde la carnicería de al lado -contentos porque ellos habían vendido el doble-. "Nos han faltado tomates, patatas, pimientos, uva, perejil, puerro, apio, calabacines...", se lamentaba en su puesto Salah Mohammed, de 50 años y nacido en Melilla. De la Península solo les llega mercancía, en barco, dos veces a la semana, y los productos son más caros, explica. "El tomate de Marruecos cuesta unos 0,40 euros el kilo; el que viene de la Península, más de un euro. Con la crisis, nos va a perjudicar estar cuatro días sin recibir nada de la frontera. Ojalá que esto no siga así", añade.

Cada uno tiene sus propias soluciones para el "estrés de la frontera" del que hablaba el taxista. Los organizadores del boicot piden, por la fuerza, diálogo entre el Gobierno español y el marroquí. Julián Millán, representante del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Melilla, plantea la necesidad de contar con un dispositivo permanente con 200 agentes más para controlar de forma segura la entrada en la ciudad autónoma. "Son situaciones que se van repitiendo. Cada verano. Cada año", señala Millán. "Y cada día pasan por aquí verdaderas masas humanas. El conflicto será permanente, así que habrá que ponerle una solución permanente", concluye. El SUP ha tachado los carteles con fotomontajes de las agentes de policía de "burla denigrante".

Camiones con mercancías hacen cola ayer en la frontera marroquí para entrar en Melilla.
Camiones con mercancías hacen cola ayer en la frontera marroquí para entrar en Melilla.AP
Los mercados de Melilla están bajo mínimos tras el boicoteo de la frontera montado por activistas marroquíes, que protestan por el supuesto mal trato del que son objeto por parte de la Policía y han decido iniciar un bloqueo. EVídeo: AGENCIA ATLAS
Activistas del colectivo Tierra de Nadie y del Comité Nacional para la Liberación de Ceuta y Melilla han impedido desde las 6.00s el paso de estos productos frescos a la ciudad autónoma, con el apoyo de la policía marroquí. Así, los camiones que diariamente trasladan el pescado, el marisco, fruta y verdura, desde Marruecos por el paso fronterizo de Beni-Enzar no han llegado a sus destinos.Vídeo: AGENCIA ATLAS

Los días de protesta

Tras impedir ayer el paso de vehículos con mercancías de Marruecos a Melilla, los organizadores de la protesta cuentan con un plan bien organizado para los próximos días en el paso fronterizo:

- El fin de semana no hay protestas planeadas.

- Desde el lunes 16, y durante 15 días, el boicot afectará a los materiales de construcción.

- Desde el martes 17, y durante 48 horas, se pretende cortar el paso a las mujeres marroquíes que trabajan como empleadas domésticas en Melilla.

- Desde el miércoles 18, y hasta el sábado 21, de nuevo se frenará la llegada de vehículos con fruta, verdura y pescado a la ciudad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_