Los activistas mantienen su amenaza de boicoteo a la ciudad para mañana
Los activistas marroquíes han anunciado nuevas acciones de boicoteo en Melilla que, en principio, deben comenzar hoy. Los líderes de las protestas, Said Chramti (presidente de la Asociación de Derechos Humanos Gran Rif) y Mounaib Chaouki (de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos), insisten en su autonomía respecto al Gobierno marroquí, aunque esto casa mal con el lugar en el que despliegan sus carteles y se movilizan, la tierra de nadie entre fronteras que, de facto, controla la policía alauita.
Para hoy está prevista una concentración de conductores de camiones de mercancías en la frontera de Beni Enzar a las once de la noche (las 21.00 en el país africano). Los activistas habían anunciado también que las miles de empleadas domésticas marroquíes que trabajan en Melilla no pasarían a la ciudad autónoma durante 48 horas, pero sobre este punto parece que no hay acuerdo entre ellos. Y, por una vez, el desencuentro podría ser real y no puro teatro.
Mounaib Chaouki señala que lo que comenzará mañana es una campaña de mujeres de su asociación, que tratarán de convencer a las empleadas domésticas para que hagan una huelga de dos días esta semana. Said Chramti, por su parte, asegura que estas trabajadoras no forman parte del conflicto. "Es una cuestión social. Estas mujeres necesitan el dinero para alimentar a sus familias. Son personas desfavorecidas que no pueden permitirse, al menos muchas de ellas, pasar 48 horas sin trabajar. Y podrán ir a sus empleos como siempre", dijo. Las trabajadoras domésticas marroquíes cubren gran parte de la demanda de servicios de limpieza en la ciudad autónoma porque cobran poco; por 15 o 20 euros se puede encontrar en Melilla a una mujer marroquí que limpie una casa durante media jornada.
El miércoles los activistas comenzarán supuestamente un boicoteo de varios días contra la entrada a la ciudad de pescado, fruta y verduras (por la mañana); y materiales para la construcción (por la tarde). Y ello pese a que uno de los líderes de las protestas, Said Chramti, anunció hace días que congelaba las acciones hasta conocer el resultado de las reuniones del Gobierno español y el marroquí. En este caso, los activistas solo jugaban a la confusión.
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