Pruebas de fuego

Es probable que la inquietud de los inversores mundiales por la situación de la banca europea baje notablemente de grado cuando el próximo 23 de julio se conozcan los resultados de los tests de resistencia bancaria de 91 entidades financieras europeas. Pero es evidente que para que las pruebas sobre la salud bancaria europea tranquilicen a los mercados, es necesario cumplir unas condiciones mínimas de transparencia sobre las que no hay acuerdo pleno en el Ecofin. La más importante es que se publiquen los datos de cada una de las entidades, y no los agregados, con el fin de que se conozca cómo están digiriendo el crash y la recesión cada uno de los sistemas financieros nacionales. En medio de la indefinición del Ecofin sobre las condiciones de transparencia, la vicepresidenta Salgado anunció que España pedirá una prórroga del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB), la salvaguarda del sistema financiero español que puede disponer de hasta 99.000 millones de euros.

La decisión del Gobierno es coherente con la publicación de los stress tests y no debería ser interpretada torticeramente como una demostración de debilidad de las entidades españolas. Sería un contrasentido no disponer de un instrumento de recapitalización en el momento preciso en el que se va a conocer si alguna caja o banco español tendría dificultades en caso de un empeoramiento de las condiciones macroeconómicas o un aumento notable de la tasa de morosidad.

También es probablemente cierto que el FROB es suficiente para cubrir "varias veces" la hipotética necesidad de recapitalización de bancos y cajas en España, como repitió ayer la vicepresidenta Salgado. El Banco de España ha impuesto en el sistema financiero una obsesión por la solvencia y ha cultivado una política de inspecciones periódicas o selectivas sin parangón en Europa. Prueba de ello es el nuevo coeficiente de liquidez que el banco exigirá a las instituciones financieras españolas. Es más verosímil que los stress tests revelen debilidades en otras entidades europeas antes que en las españolas.

Las pruebas de resistencia bancaria solo tranquilizarán a los mercados en el caso de que no se encubran situaciones de riesgo con manipulaciones estadísticas. Si se quiere que cese la especulación contra los bancos, hay que publicar la información por entidades y detallar qué porcentaje de cada sistema nacional está servido por entidades de crédito que son solventes en las condiciones más extremas. Cualquier vacilación sobre la información financiera contrastada intensificará los rumores sobre potenciales fiascos bancarios.

Si lo más urgente hoy es que los bancos y las cajas recuperen la normalidad crediticia, todo lo que contribuya a disipar las sospechas sobre su solvencia debe ser bienvenido. Y lo mejor para disiparlas es que, conocidas las notas de las pruebas de esfuerzo, se llegue a un acuerdo pleno sobre el supervisor único europeo. Algo sobre lo que el Ecofin también duda.