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Las Bolsas caen por los problemas de la banca y la frágil recuperación

La prima de riesgo española roza máximos - Tensión en los mercados de deuda, divisas y materias primas por la crisis coreana y la situación de las cajas

Claudi Pérez

Si los bancos hacen "el trabajo de Dios", como dice el jefe del más influyente de todos ellos, Goldman Sachs, no está claro qué hacían los sacerdotes que llevaron a Cajasur al borde de la bancarrota. Como tampoco está claro en qué piensan los ejecutivos de los bancos europeos, que no consiguen distanciarse del ojo del huracán cuando han pasado ya casi tres largos años del inicio de la crisis. La banca europea protagonizó ayer una nueva sesión de pesadilla en las Bolsas, con los inversores castigando a las grandes, las medianas y las pequeñas entidades financieras ante un doble temor: el miedo a la estricta regulación que les espera (lo que supone menos beneficios), y el pánico a que la deuda soberana acabe haciendo un roto en sus balances (más castigo aún).

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Pero hay más dudas. El mar de fondo de ese estado de ánimo depresivo en los mercados -Bolsas, pero también deuda pública, divisas, materias primas: casi todo cae en picado- se completa con la desconfianza sobre la frágil recuperación, principalmente en Europa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró ayer que sería "un error" adoptar un excesivo celo por la austeridad para controlar el déficit público. Aplicar medidas tan drásticas como Grecia -un fetichismo del déficit que empieza a calar en todo el continente- podría truncar la recuperación, según el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard.

Las Bolsas cayeron básicamente por esas dos razones. Y lo hicieron con fuerza: desde los mercados asiáticos y europeos hasta Wall Street, los retrocesos variaron entre el 2% y casi el 3,5%. El Ibex español llegó a dejarse un 5% en algún momento de la jornada. Al final suavizó el impacto, pero se deja casi un 25% en lo que va de año. Solo la Bolsa griega presenta peores registros en Europa.

"La corrección en los mercados internacionales se debe a la incertidumbre sobre la regulación financiera y al hecho de que los inversores empiezan a interiorizar que la crisis fiscal no se circunscribe al sur de Europa: es general, afecta a todo el mundo industrializado y va a ser una rémora durante muchos años, y encima los planes de austeridad para limitar los daños pueden acabar con la reactivación", resumía ayer el economista de The Observatory Group José Luis Alzola.

Pero si de lo que se trata es de buscar excusas, los inversores tenían ayer todo tipo de pretextos para vender. A la crisis fiscal de la eurozona se le sumó la escalada de declaraciones sobre el conflicto entre las dos Coreas: riesgos geopolíticos, por si faltaba algo en esta crisis. Y en el sistema financiero tampoco dejan de surgir escollos: el temor a que Cajasur sea solo el principio en España; los rumores sobre los problemas de liquidez en dólares de algunos bancos europeos, e incluso las medidas de Alemania para luchar contra la especulación, que podrían ampliarse y a las que otros países -como Austria- empiezan a adherirse. "Algunas de esas informaciones serían meras anécdotas en otro contexto, pero el hecho es que las Bolsas entran en una fase muy complicada si la caída se acentúa", dijo Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters.

El cóctel de malas noticias fue especialmente explosivo en España. El riesgo país se disparó ayer. El diferencial entre la deuda española y la alemana roza de nuevo máximos, tanto por la subida de los intereses que debe pagar España como por la caída de los tipos de la alemana, donde se refugian los inversores cada vez que resurge el miedo. La vicepresidenta Elena Salgado alertó de que la evolución de la deuda soberana "puede dificultar la naciente recuperación". Pero ese parece el camino: una emisión de letras a tres y a seis meses dejó ayer tipos de interés muy superiores a los esperados, como viene sucediendo desde hace tiempo. Los seguros de impago de la deuda española recibieron también un severo castigo. La prensa internacional se hacía eco de la intervención de Cajasur (por un día, la entidad española más conocida del mundo: más de 10.000 googles solo en las noticias de EE UU) y de los problemas generales en las cajas por el agujero del ladrillo. Varios analistas atribuían incluso la caída del euro (hasta 1,22 dólares) a la debilidad de estas entidades.

EE UU ha cerrado decenas de bancos desde el inicio de la crisis, y sin embargo la intervención de Cajasur parece haber dejado allí una profunda huella. La situación del sistema financiero en España está siendo seguida al milímetro en Wall Street, hasta el punto de que la caja cordobesa se ha convertido de la noche a la mañana en la entidad española más citada. Preocupa especialmente que la debilidad de las cajas sea la señal de que el problema de la deuda europea sea no solo más amplio, sino más costoso de resolver. El consejero delegado de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, urgió ayer a los líderes europeos a que actúen con urgencia: "Si no arreglan el problema ahora, tendrán que hacerlo más tarde mediante un rescate de su banca", dijo ante la Japan Society en Nueva York.

Dimon explicó ante los asistentes que "mucha deuda pública está en manos de la banca europea: cuando esos países tienen problemas, sus bancos también". El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, pedirá hoy a la UE que someta a la banca a unas pruebas de estrés como las que realizó EE UU, informa Sandro Pozzi.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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