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El PSC deja en manos de Hereu la salida al fiasco de la Diagonal

Dirigentes socialistas reconocen que la consulta se les ha descontrolado

"La consulta sobre la Diagonal se nos ha ido de las manos". Los dirigentes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en Barcelona ya asumen - 24 horas antes de que termine- como un hecho que el referéndum sobre la reforma de esta arteria barcelonesa ha sido un fiasco y buscan una salida política que afecte lo menos posible a sus perspectivas electorales para las municipales del próximo año. Después de que la Comisión de Presidencia municipal aprobara ayer con los votos de Convergència (CiU) y el Partido Popular (PP) exigir responsabilidades políticas sobre los fallos en el sistema de votación, la cúpula del PSC ha decidido dejar exclusivamente en manos del alcalde, Jordi Hereu, la toma de decisiones que eviten la crisis política de primer orden que esta misma semana vaticinaba el presidente del grupo municipal de Esquerra (ERC), Jordi Portabella. El líder republicano, padre de la idea de la consulta, se desvincula ahora de los problemas. La culpa es de ellos, viene a decir.

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"Nadie pide que el alcalde asuma responsabilidades a nivel particular, pero deberá ser él quien decida, a partir de mañana, si alguien las debe asumir", explicaron ayer a este periódico fuentes de la dirección del PSC de Barcelona. La cúpula del partido a nivel catalán también deja en manos de Hereu todas las decisiones que se deban tomar.

Y es que la sensación de caos total se ha instalado también entre los dirigentes del partido en la capital catalana. Estos ven contrariados como la consulta se ha echado a perder por una acumulación de fallos de difícil resolución. Y no sólo por los problemas técnicos que dificultaron la votación del propio alcalde; del jefe de la oposición, Xavier Trias, y del presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández Díaz. La estocada final al proceso participativo ha sido su coincidencia con el brutal recorte presupuestario impuesto por el Gobierno central. Los cerca de tres millones de euros que ha costado la consulta se hacen así más difíciles de justificar, por más que el referéndum y la forma de hacerlo fuera un acuerdo de todos los partidos del plenario, excepto el PP. Al final, el PSC e Iniciativa per Catalunya (ICV) son los únicos que lo siguen defendiendo a capa y espada. CiU y ERC, por su parte, marcan las distancias.

Los socialistas no tienen ningún calendario concreto. La próxima semana no está prevista ninguna reunión de la ejecutiva de Barcelona, pero dan por hecho que Hereu tomará las decisiones que corresponda a comienzos de semana. También aseguran que el alcalde está dispuesto a "resistir" sea cual sea el resultado de la consulta.Si gana la opción C, en contra de las dos soluciones que propone el Ayuntamiento, los socialistas tienen claro que meterán sus ideas en un cajón y no las desempolvarán hasta la próxima campaña. Será entonces cuando incluyan en su programa una nueva propuesta de reforma de la Diagonal. Hace unos días, el alcalde también dio a entender que, pase lo que pase con la consulta , en el mandato siguiente -si gobierna- impulsará una reforma.

Ayer, por las caras de varios ediles socialistas -Carles Martí, Ramón García-Bragado y Assumpta Escarp- en la Comisión de Presidencia extraordinaria sobre la consulta, parecía que el referéndum ya había concluido con resultado adverso para el equipo de gobierno.

En la comisión, CiU y el PP exigieron responsabilidades y explicaciones. Y el PP añadió más preguntas. "¿Cómo es posible que un local del PSC fuera un punto de votación o se presentara como tal?", inquirió la edil Àngels Esteller. Salieron como entraron. Sin más información y sin tener claro si el fiasco en el que se ha convertido la consulta le supondrá un disgusto a algún cargo, sea político o técnico.

No fue más allá de un cruce dialéctico entre dos frentes, CiU y el PP por un lado, y el PSC e ICV defendiendo que, pese a todo, la consulta valía la pena. ERC, por su parte, se movió entre dos aguas y a la hora de votar se abstuvo. Ramón García- Bragado, el edil de Urbanismo, sólo dejó clara una cosa: a partir del lunes se hablará de responsabilidades. No eludió la suya -ha sido el que ha dirigido gran parte del proceso-, pero también advirtió de que "hay una parte de responsabilidad compartida".

No precisó qué parte de los tres millones -última cifra del gasto de la consulta- fue a parar a promoción y publicidad, y cuál a la contratación de un centenar de informadores. Todo queda aplazado hasta la semana que viene.

Pancartas institucionales sobre la consulta conviven en la Diagonal con las de quienes se oponen a la reforma
Pancartas institucionales sobre la consulta conviven en la Diagonal con las de quienes se oponen a la reformaC. R.

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